¿Cómo afecta a nuestros planes profesionales ganar un premio millonario?

Para la mayoría de las personas, el único motivo por el que desean trabajar es para tener una compensación económica. Si bien muchos dirán que les hace sentirse útiles o realizados o que disfrutan haciendo su trabajo (si es que eligieron vocacionalmente su carrera profesional), no hay duda de que si el dinero no llega a final de mes, levantarse para ir a trabajar dejaría de tener sentido.

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Son muchos los ganadores de grandes premios de lotería que lo primero que hacen (o al menos lo piensan) es dejar de trabajar y disfrutar de su inconmensurable fortuna. Otros, no obstante, deciden poner en funcionamiento un negocio para el que necesitaban una inversión que hasta ese momento no podrían asumir. Pero ¿qué sucede si el ganador del premio es aún un estudiante?

El universitario de 20 años Kristopher Chrysanthopoulos, de Oceanport, ha ganado $ 1 millón acertando la combinación de cinco bolas del Mega Millions del pasado 28 de Mayo. El joven, jugador habitual, solía comprar boletos normales, pero en vista del jackpot de $ 410 millones, decidió ir a por el gran premio, claro que no imaginaba que tendrá tanta suerte. Cuando descubrió que había ganado, justo estaba en una conversación con su padre para conseguir un trabajo de verano, que por supuesto, no está claro que vaya a buscar después de conseguir esta fortuna.

En el caso de Kristopher, la única motivación para pasar sus vacaciones universitarias trabajando era reunir dinero para sí mismo y para su familia. Sin embargo, según ha afirmado, invitará a un viaje a sus familiares y el resto del dinero lo ahorrará, decisión inteligente para alguien de tan corta edad. No pretende gastarlo, sino mantenerlo para asegurarse un futuro prometedor. Si finaliza sus estudios universitarios, podría llegar muy lejos gracias a esta inesperada inyección económica.

Otros ganadores de premios de lotería, en edad avanzada, han aprovechado para jubilarse anticipadamente, pero una persona joven es consciente de que el dinero no durará por siempre. La cuestión es, si se sigue estudiando para hacer realidad los sueños vocacionales o se decide dejar de estudiar para emprender directamente un negocio rentable en otra línea profesional que no requiera estudios superiores. Un dilema que, a fin de cuentas, puede tener un final feliz de cualquier manera, si se usa la cabeza.

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