Proyecto CRIE: el sueño de encontrar un lugar para acompañarse y sanar

Cuando la salud de un hijo está comprometida, la fortaleza de los padres es el pilar fundamental para la recuperación. Este proyecto busca facilitar ese proceso.

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Una experiencia tremenda, de esas que te ponen a prueba y te fortalecen o te derrumban, es la que dio origen al proyecto CRIE (Centro de Rehabilitación e Integración Escolar). Anita, con tan solo siete años sufrió un paro cardiorespiratorio durante una cirugía y eso le significó 18 meses de internación en el Instituto Fleni. Su mamá, Elisea Quintana, su incondicional compañera durante todo el proceso, sabía que en Salta aún la esperaba gran parte de la recuperación. Con todas sus inseguridades y temores, pero también con la convicción que de que juntas podrían enfrentar cualquier cosa, iniciaron una recuperación exitosa.

Cálida y paciente, pero también absolutamente fuerte y práctica, Elisea supo, tras más de 15 años trabajando en el sector de la salud, que la externación de Anita sería desafiante. “El venirme a Salta implicaba ver cómo la externaba y cómo seguir el tratamiento aquí después de haber tenido a ´la NASA´ en su atención”, recordó.

Así nació la idea de CRIE. Al sueño se sumó Mercedes quien desde el Área de Discapacidad ayudó a conformar un equipo de profesionales locales con un perfil humanitario muy marcado. Llegaron entonces el doctor Agustín Podestá, Héctor Romero como abogado, Socorro Cornejo como fonoaudióloga y Matías Castaño en el área financiera.

“Les dije que necesitamos un centro en el que como mamá tengas un lugar lindo como Fleni, con excelentes profesionales. Como usuaria y como mamá buscaba esto, buscaba seguir aquí, con la experiencia de Buenos Aires. En OSDE vi lo que necesitan los niños y también vi que el tratar de cubrir estas necesidades demanda horas y horas de traslados, yendo y viniendo en policonsultorios. La idea es ofrecer todo eso en un solo lugar y además proveer del transporte”, explicó.

El concepto fue tomando forma y llegó la hora de ponerlo a prueba para ver qué tan posible era su concreción.

“Cuando fui a hablar con Soledad, en el Banco Macro me invitó a NAVES. Fui a una entrevista con la profesora Carbonell y Jorgelina Basso. Le comenté la idea y les confesé que no sabíamos para dónde disparar el proyecto. Me encontré con un equipo de excelente nivel. La experiencia de Naves fue un lujo, pero lo que más valoro es la proyección al interior que tiene”, expresó.  

“Naves nos dio la impronta para poder plasmarlo, explicarlo a potenciales inversores y eso le debe pasar a otros inversores. Estamos fascinadas”, exclamó.

El sueño de Elisea, Mercedes, la pequeña Anita y equipo ya está un paso más cercano. Su meta próxima es superar la siguiente instancia de la competencia Naves, acceder la mentoría empresarial y conseguir el financiamiento para este noble proyecto.

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