Un proyecto escolar, trampolín al emprendedurismo (los chicos se animan)

Se trata de Chicktatú, la marca del yogur que estudiantes de la técnica de Ciudad del Milagro fabrican en base a garbanzo. Tienen el apoyo de Junior Achievement.

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En 2021 fue todo a prueba y error desde que un grupo de estudiantes de tercer año superior de la escuela de educación técnica “Dmitri Mendeléyev” de Ciudad del Milagro puso en marcha el proyecto escolar exigido en la materia Bromatología. Se pusieron de acuerdo y empezaron a darle forma al emprendimiento que usa garbanzo como materia prima para hacer yogur.

Y se lo están tomando muy en serio, tanto que piensan convertir el proyecto escolar en una empresa que ya tiene nombre: Chicktatú. Mientras perfeccionan el proyecto en el colegio para ofrecer el mejor producto posible al mercado, de acuerdo a lo que establece el código alimentario, aprenden sobre marketing, mercadotecnia, cuestiones financieras y legales.

Un impulso importante fueron los docentes. Otro fuerte lo tuvieron con la Fundación Junior Achievement a través de Aprender a emprender, un programa de alto impacto que estimula a los jóvenes a crear, organizar y operar un emprendimiento real. “A través de este ejercicio, los estudiantes comprenden los pasos necesarios para comenzar su empresa, y experimentan la importancia de asumir riesgos, tomar decisiones y trabajar en equipo”, se explicó.

“Con esta experiencia los jóvenes toman conciencia de las posibilidades que ellos pueden lograr encarando un proyecto. Ahora saben que pueden proyectar su futuro emprendedor”, indicó a IN Salta, Carlos Fernando Lamas, profesor del campo formativo Prácticas Profesionalizantes y responsable de acompañar a los estudiantes en el proceso de crear su emprendimiento.

Los productos Chicktatú son aptos para todos, pero están pensados especialmente para celíacos, personas intolerantes a la lactosa y veganos. El producto principal es el yogurt, ya sea en su versión líquida o firme; además, realizan postres a partir del bagazo (residuo fibroso resultante de la trituración, presión o maceración de frutos, semillas, tallos, para extraerles su jugo), para aprovechar al máximo la materia prima.

“Encontrar los gustos para el yogur fue un gran desafío, porque el garbanzo tiene un sabor que es difícil de enmascarar y queríamos que le gustara a todo el mundo”, contó Mayra Gemio, gerente de producción del emprendimiento. Probaron con duraznos y frutillas. Se quedaron con los primeros para “disimular el sabor del garbanzo”.

Chicktatú se hizo fuerte en el marco de la propuesta de aprendizaje basado en proyectos que permite a estudiantes de 15 a 18 años crear, organizar y operar un emprendimiento real de Junior Achievement. “Mediante este programa los estudiantes aprenden a asumir riesgos, tomar decisiones, superar obstáculos y trabajar en equipo. La actitud emprendedora multiplica las oportunidades, impulsa proyectos y es capaz de cumplir sueños”, sumó Bernardo Brugnoli, director de la institución en Argentina.

Lo que viene

El yogur es promocionado en https://chicktatu.carrd.co/, donde se puede conocer sobre la idea que arrancó con el ají picante como base. Como el sabor era “raro”, los chicos fueron por otro lado y arrancaron con el garbanzo como base de elaboración.

Lamas comentó que para el año próximo, los chicos ahondarán en legislación laboral, gastronomía, seguirán mejorando la producción en el laboratorio del colegio y trabajando en la conformación de la estructura de una empresa, en sus diferentes niveles y áreas.

“Planean llevar esto a otro nivel y tienen las condiciones y el apoyo para hacerlo. Van a mejorar el proyecto para que eso suceda”, sumó el profesor, confiado en el espíritu emprendedor de sus estudiantes. 

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