Es mujer, conduce una empresa familiar dedicada a la orfebrería y ganó el premio CAME Joven 2017

Claudia Soza, de Soza Quintana Orfebres, obtuvo la distinción en la categoría Artes y Oficios. En la empresa trabajan también sus padres y siete hermanos.

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Claudia Soza viajó a Buenos Aires ilusionada, pero cuando el periodista Diego Leuco pronunció su nombre en los salones del Senado de la Nación, no lo podía creer. Ella integraba una de las ternas finalistas del premio CAME Joven, que otorga esa agrupación de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, en la categoría Artes y Oficios; y finalmente se trajo ese galardón para Salta.

Su empresa es en realidad un emprendimiento familiar que se llama Soza Quintana Orfebres, dedicado a la fabricación de artesanías en alpaca, cobre, bronce y plata. En ella trabaja toda la familia. Y cuando hablamos de toda la familia, no es una forma de decir: participan ambos padres y los nueve hermanos.

“Todo comenzó con uno de mis hermanos, que empezó como ayudante de orfebrería, trabajando con un señor que lo contrató para que haga portarretratos de alpaca. Cuando aprendió bien el oficio, mi hermano decidió comenzar el negocio por su propia. Luego le enseñó a trabajar a mis padres, después a mis hermanas y todos aprendieron el oficio y año a año fueron perfeccionándose”, relató Claudia Soza en una entrevista con el programa Haciendo Negocios, que se emite por FM Cadena Máxima. Contó además que “ellos empezaron usando como herramientas un destornillador para hacer un tipo buril. Pero actualmente ellos hacen sus propias herramientas con partes de autos; por lo que se puede decir que son herramientas sustentables”.

Claudia contó que si bien toda la familia trabaja en la empresa, no todo son orfebres. “En realidad son casi todos, porque la que no se dedica a eso soy yo. Yo me encargo de la administración, las relaciones públicas y de negociar los clientes, pero obviamente a mí también me enseñaron orfebrería”, explicó.

Consultada respecto a cómo se organiza el trabajo cuando hay tantas personas que trabajan en lo mismo, la flamante ganadora del premio CAME Joven detalló que “si bien todos conocen cada una de las técnicas que demanda este trabajo, como el repujado, rayado o cincelado; cada uno tiene un área en la que se desempeña mejor. Por ejemplo, todo lo que es Arte Sacro, como cáliz, copones, custodias y relicarios, están a cargo de mi papá y mi mamá. Los sagrarios y portarretratos grandes, que miden hasta dos metros y tienen muchos detalles, los hacen mis hermanos varones, Claudio y Víctor. Y entre mis siete hermanas hay una que hace productos para la  Catedral, como trípticos y retablos. Otra trabaja álbumes de fotos y regalería. Hay otra que se encarga de la joyería, como prendedores, aros y collares; y así tenemos una enorme variedad de productos. De todas maneras, si tenemos un contrato grande y tenemos poco tiempo, entonces todas las manos se involucran para cumplir con el trabajo en el tiempo pactado”.

La empresa familiar arrancó hace aproximadamente 30 años, y a lo largo de este tiempo supo conseguir muchos clientes tanto nacionales como del exterior. “Al trabajar nosotros lo que se denomina Arte Sacro, tenemos como clientes a muchas iglesias de Tucumán, Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y del exterior. También hay gente que, por ejemplo, nos han pedido una chimenea en alpaca para Brasil. Hemos realizado marcos para clientes que viven en Londres, siempre con intermediarios pero llegan a otros lugares del mundo”, agregó.

Al hablar de su rol en la empresa, Claudia confesó que a sus padres y sus hermanos no les gusta tener demasiada exposición. “Ellos prefieren trabajar en el arte, en la creación. A partir de eso yo decidí hacer cursos, capacitaciones y aprendí muchas cosas, como Marketing, Oratoria y Relaciones Públicas. Eso nos permitió, en 2015, hacer una exposición en el Centro Cultural América con trabajos de la familia. Eso nos dio a conocer y tuvimos muchos más clientes”, enumeró.

Consultada acerca de qué significó para ella y su familia la obtención del premio CAME Joven, no dudó en afirmar que “es un verdadero orgullo, porque ver que el nombre de mi familia está entre los ganadores a nivel nacional fue muy importante”. Y agregó que sus papás y hermanos “no me creían. Antes de viajar ellos me decían ‘para que vas a ir’; pero cuando dijeron mi nombre no lo podía creer. Apenas terminó la entrega le saque una foto al premio y se la envié diciendo: ¡Ganamos!”, contó con enorme alegría.

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