Magenta Atelier y su historia de los sueños que no se guardan en cajas

María Mendivil es una emprendedora que vive el sueño de muchos: dejar su trabajo rutinario para vivir de su verdadera pasión. Magenta Atelier es el escenario en donde simples cajas de madera adquieren belleza para llegar a los hogares salteños como verdaderas obras de arte.

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Hace cinco años atrás, la vida de María Mendivil era totalmente distinta. Su jornada se repartía entre el cuidado de sus hijos, el trabajo en una empresa de medicina laboral y el armado de cajas decoradas, en sus ratos libres. Amaba esos momentos en los que el arte y la creatividad convertían esos elementos crudos, sin vida, en algo hermoso e inspirado.  

Un día dio el salto, renunció a su trabajo y apostó a sus sueños. Así nació Magenta Atelier.

Los inicios no fueron fáciles para María, lanzarse a la aventura, con tres hijos a cargo fue una decisión arriesgada. Encontró respaldo en dos amigas “de fierro”, siempre presentes y dispuestas a sostenerla en sus sueños.

El comedor de su casa fue el escenario de sus primeras obras. 

Hoy ya tiene un taller en el garaje de su casa y busca un lugar para poder expandir su empresa.

María recordó que ver las pinturas de su niña repartidas por toda la casa nació una de sus creaciones más originales y prácticas, una caja portapinturas multiuso. Pasaron muchos años desde entonces, esa niña desordena ya es toda una mujer de 23 años que ayuda a su madre armando books de las creaciones y distribuyéndolos por hospitales y escuelas; mientras que sus otros hijos de 20 y 16 fabrican las cajas. El único que aún no colabora es el pequeño Jeremías, que con tan solo tres años, seguro ya cuenta con muchos lugares para guardar sus juguetes.

Magenta Atelier es una realidad consolidada y desde este galpón salen para los hogares salteños bellas creaciones en decoupage, craquelado, porcelana y vidrio moldeado.

Hay diseños para mujeres, pero también para niños y bandejas y portavinos para hombres.

Esta pasión ocupa casi la totalidad del tiempo de María, pero ella no se queja, ama lo que hace “los artesanos le dedicamos mucho tiempo a lo que hacemos y a diferencia de otras profesiones nunca sabemos el tiempo que nos va llevar nuestra tarea, tal vez un día, medio día o si estoy inspirada lo armo todo en una hora”.

La tarea depende mucho de la inspiración y a veces suele ser una musa esquiva, cada pieza que sale del galpón de María es única y habla de su identidad.

“Me cuesta desprenderme de las cajas. Las armo y las vendo, pero siento que se va un pedacito de mí en cada una de ellas”, expresó.

Siempre atenta a las opiniones de sus clientes, con un equipo imbatible, el sueño de María es hoy tener un canal de distribución masivo para sus creaciones, camino en el que ya tiene sus pies firmes.  

A María Mendivil se la encuentra en Facebook con su nombre o en el celular (387)154100549.  

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