Nicolás Avellaneda: “La importación indiscriminada puede perjudicar a la producción local y poner en peligro fuentes laborales”

El Gobierno de Javier Milei anunció la apertura de importaciones para productos de la canasta básica, con el objetivo declarado de bajar los precios en el mercado local. La decisión genera controversia en los sectores de la producción salteña, que espera condiciones más justas para poder competir.

IN Salta: ¿Qué repercusiones tendrán las medidas nacionales en la industria y la producción local?

Nicolás Avellaneda: Más allá de que hay cierta preocupación en algunos sectores (sobre todo en el sector alimenticio), en Salta entendemos que en principio no afectaría tanto porque Salta abastece a supermercados y a comercios provinciales con lácteos, carnes, legumbres, granos de molino y nuestra producción vitivinícola. Tenemos productos muy competitivos, con buenos precios, con excelente calidad, posicionados a nivel nacional y muchos de ellos a nivel internacional. Detrás de esto hay que ver cómo se va a instrumentar el tema de la liberación de importaciones, porque ya estaban abiertas las importaciones a algunos productos alimenticios, por ejemplo el pollo y derivados avícolas. Ellos tienen liberada la importación y no afecta a la producción  local de pollos porque hay una oferta importante, los precios son competitivos y hay una demanda importante en el nivel nacional.

IN Salta: Sin embargo, en un escenario similar,  la provincia tuvo que sacar una legislación propia para proteger su producción limitando el ingreso de algunos productos importados…

Nicolás Avellaneda: La ley sigue vigente desde el año 1994. No hay nada que la haya modificado. Pero no nos quedamos con eso, con restringir  el ingreso de alimentos extranjeros,  sino que nos enfocamos en fortalecer nuestra producción con el programa Marca Salta, que busca el posicionamiento del producto de consumo masivo de origen salteños en supermercados y otros comercios protegiendo la producción local y lo que se fabrica en Salta en los rubros alimentos y productos de limpieza y de higiene. La recepción que tienen estos productos es muy buena. Tenemos también una línea buenísima de lácteos y de nuestros vinos, ni hablar.

IN Salta: Esa misma marca de lácteos tuvo que competir con otras que llegaban a precios más económicos y se ofrecían en las mismas góndolas. ¿Es probable que eso vuelva a ocurrir?

NA: Por eso digo que en principio no afectaría. Si las condiciones macroeconómicas están en orden, no nos debería preocupar, pero hay que ver cómo se presenta el tema. Este cambio en cuanto a las importaciones, que genera que el plazo de pago se reduzca de cuatro meses a 30 días, obviamente es muy atractivo para aquellos que quieran importar. Se necesita algo más equitativo para que la producción argentina y la salteña sean más competitivas.

IN Salta: ¿Están trabajando en alguna demanda en particular para el Ejecutivo Nacional?

NA: Es una demanda permanente de todo el sector industrial aliviar el costo impositivo para la producción. Eso lo venimos trabajando hace tiempo. Este Gobierno llegó con un mensaje pro industrial en cuanto a quitar presión tributaria al sector productivo. Lo que hay que ver es que no se generen situaciones de importaciones indiscriminadas para que no afecten a sectores productivos en los que sí puede haber una complicación en cuanto a la competitividad de precios.

Yo entiendo que se debe buscar regular de alguna manera que no se vayan los precios a las nubes como los de algunos productos que están por encima de la realidad. Más allá de la situación inflacionaria, eso es producto de alguna especulación. Pero debemos tener cuidado para que esto no nos lleve a que se libere la importación de forma descontrolada y termine perjudicando a la producción local y por ende generando una situación preocupante y haciendo peligrar fuentes laborales. Hay que buscar un equilibrio.

IN Salta: ¿Hay algún sector que considere más vulnerable a las nuevas condiciones del mercado?

NA: En donde hay preocupación es en el sector de porcinos, que tiene un precio más reducido que la carne vacuna. Tiene una demanda sostenida y una comercialización en la que se beneficia el sector. Liberar la importación puede generar un efecto negativo. Hay sectores que están preocupados y otros que no, como el sector avícola que tiene suficiente oferta para cubrir la demanda nacional de pollos. Lo que busca nuestra industria es la libre competencia en el mundo, pero con igualdad de condiciones.