Pese a ocupar el segundo lugar en el ranking mundial de consumo de huevos, con 363 unidades por habitante al año, la avicultura argentina atraviesa una situación compleja debido a la excesiva carga tributaria y el avance del contrabando fronterizo.
Como primera medida para recuperar competitividad, Juan Kútulas, presidente de la Cámara Argentina de Productores e Industrializadores Avícolas (CAPIA), subrayó en diálogo con IN Salta la necesidad de una reducción del IVA (Impuesto al Valor Agregado). Según explicó, actualmente el huevo tributa un 21%, mientras que el resto de las proteínas animales, como la carne, la leche o el cerdo, pagan solo el 10,5%. “Es el doble”, reclamó.
Pero eso no es todo. A la presión impositiva se suma el contrabando de huevos desde Bolivia, Paraguay y Brasil. Aunque no hay cifras oficiales por tratarse de una actividad ilegal, Kútulas aseguró que “pasan dos o tres camiones por día”. “Es imposible que eso suceda sin que nadie lo vea”, señaló.
Más allá del perjuicio económico, advirtió que el ingreso de mercadería sin control sanitario representa un riesgo grave para la salud aviar. “Bolivia tiene Newcastle, una enfermedad compleja de controlar, y Brasil está afectado por gripe aviar”, comentó.
Por el contrario, señaló que en Argentina la sanidad aviar se mantiene en niveles ejemplares gracias al trabajo articulado entre los productores, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y la Cámara Argentina de Productores e Industrializadores Avícolas (CAPIA).
La situación en Salta
Según indicó, la provincia de Salta cuenta con 15 granjas productoras de huevo que abastecen no solo el mercado local, sino también provincias como Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero, Corrientes y hasta Buenos Aires. “Teníamos un fuerte mercado en Jujuy, pero hoy prácticamente se perdió: está abastecido por el huevo que entra desde Bolivia”, denunció.
El contrabando no solo quita mercado, también afecta el empleo. “Cada vez que una granja formal pierde ventas, está más cerca de cerrar. Nosotros no tenemos problema en competir si el huevo ingresa de forma legal, con certificación sanitaria y pagando los impuestos. Pero, así como está planteado, es una competencia desleal que nos pone en una situación límite”, afirmó.
De cara a lo que viene, el presidente de CAPIA fue contundente: “Mientras no se bajen los impuestos y no se controle la frontera, la situación será la misma o peor. Necesitamos que las autoridades cumplan con su deber. No podemos seguir viendo pasar camiones cargados de huevo frente a nuestras narices”.