Carolina Pollevik es de Buenos Aires y llegó a Salta hace 12 años buscando un cambio en su vida a través de la alimentación. Aquí descubrió su camino emprendedor compartiendo las cosas que ella sabía que le hacían bien. Mikuy Mulla quiere decir alimento para el alma y es el nombre que eligió para su almacén natural en el que vende productos para consumo y para cosmética natural.
A IN Salta le contó que “es una dietética un poco más especializada, en la que vas a encontrar productos totalmente sanos y muy poco procesados. Soy muy responsable con lo que vendo y me aseguro de comprar a productores directos”, compartió.
Dijo que la idea “arranca desde las ganas de compartir lo que había aprendido, lo que estaba consumiendo, un emprendimiento mío que tuviera que ver con lo que yo misma soy”. Lo que prima en este lugar es el cuidado, productos agroecológicos y orgánicos que respeten el bienestar para el planeta, de las personas y el bienestar social.
La cosmética natural se suma luego porque en el camino de alimentarse mejor, Carolina se sumergió en la investigación más profunda de los productos que no solo consumimos sino también de aquellos que colocamos a diario en nuestro cuerpo.
“Estamos constantemente usando productos que contienen químicos que no son peligrosos para nuestra salud. El Senasa controla las dosis que las firmas pueden usar en cada producto, pero nadie controla el uso doméstico del producto que contiene sustancias sintéticas derivadas del petróleo. El daño es acumulativo y cada vez hay más enfermedades derivadas del uso de productos de este tipo”, advirtió.
Carolina aseguró que hay una gran investigación detrás de “cada producto que traigo, investigó cada ingrediente y vendo aquello que yo misma usaría. Me pasó alguna vez que traje productos presuntamente naturales, y tenían alguna composición que no era tan natural, y eso no lo puse a la venta”.
Fundamental durante la pandemia
Cuando Carolina llegó a Salta ofrecía delivery de productos naturales en oficinas de la zona centro, una verdadera solución para aquellos que querían alimentarse sanamente sin interrumpir su rutina laboral. “Nació en mi casa, muy de a poquito, en un espacio muy pequeño para almacenar los productos. En el 2020 abrí un depósito desde el que se hacen las entregas y que podría ser un punto de venta, en barrio Mirasoles”, recordó.
Durante la pandemia, cuando reinaba la incertidumbre y la confusión y la alimentación se desordenó en las familias salteñas, ella ofreció un servicio fundamental siendo la primera emprendedora salteña en oficializar el delivery de frutas y verduras orgánicas.
“Eso es algo que valoran mucho los clientes, somos la primera firma de entrega de delivery natural en Salta. La posibilidad de llevártelo hasta tu casa y el trato personal que tengo con mis clientes fue conformando una red de gente que se alimenta bien y que quiere vivir mejor”, explicó.
Carolina no para en su camino de capacitación y sus planes a futuro incluyen desarrollar su empresa para acompañar en el proceso a todas las personas que quieran sumarse a este estilo de vida.
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