El debate por el “compre local” en la minería volvió a encenderse luego de unas declaraciones del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, quien cuestionó las leyes provinciales que priorizan la contratación de proveedores locales por considerar que “encarecen los costos”.
En Salta, Federico Russo, presidente de la Cámara de Proveedores de Empresas Mineras de Salta (Capemisa), en diálogo con IN Salta, consideró que los dichos “son desafortunados” y reflejan un “desconocimiento de la realidad productiva y social” del norte argentino. “El trabajo, el desarrollo comunitario y la licencia social para que la minería sea aceptada no son menores. Desconocer todo eso sería un retroceso muy grande”, advirtió Russo.
Explicó que las normas de “compre local” no son un capricho burocrático, sino una herramienta de desarrollo y equilibrio territorial. “Estamos hablando de recursos que no son renovables y que pertenecen a las provincias. El día que ya no estén esos minerales, esa riqueza no va a volver. Por eso deben ser manejados de manera estratégica, para generar crecimiento en las empresas, en las comunidades y en la provincia”, sostuvo.
Russo recordó que estas reglas son las que dieron previsibilidad y licencia social a la minería. “Inclusive las empresas las aceptan y las cumplen, porque entienden que es la única forma de generar desarrollo sostenible”, remarcó.
Competencia y desigualdad
Frente a la posibilidad de abrir la competencia a contratistas extranjeros, el presidente de Capemisa advirtió que “sería imposible competir en igualdad de condiciones”.
“Hay rubros como la perforación o la construcción donde somos naturalmente competitivos por estar instalados en la provincia. Pero en otros casos, como la venta de bienes o ciertos servicios especializados, sería una competencia desigual. No tenemos las mismas condiciones impositivas, laborales ni de infraestructura que una empresa extranjera”, explicó.
Un sector en pausa pero con expectativa
Actualmente, según indicó Russo, los proveedores mineros salteños trabajan a un 30% o 50% de su capacidad operativa, salvo excepciones. “El año pasado todavía quedaba un envión de las obras de Ganfeng, Posco y la planta piloto de Río Tinto, pero muchas de esas etapas ya finalizaron. Por suerte, la construcción de la planta comercial de Río Tinto reactivó parte de la economía local”, contó.
De cara al futuro, las expectativas están puestas en los proyectos de Pastos Grandes y Diablillos, que podrían licitarse en 2026. “El principal desafío hoy es subsistir en este puente hasta que comiencen los nuevos proyectos. Si eso ocurre, la minería puede volver a traccionar con fuerza la economía local”, aseguró.