Una mesa larga, de esas que viven solo los domingos con la comida rica, las risas de los sobrinos y ese toque especial que solo una mamá sabe dar: un mantel, un florero, todo impecable; así nació Rushia.
Rushia es el emprendimiento de Lucía Muñoz, una salteña que convirtió su amor por las mesas bien puestas y los detalles en una marca de decoración que ya es referencia en Salta.
“Siempre me gustaron las cosas para la casa. Cada vez que viajaba, entraba a alguna tienda de decoración y me traía algo. Mi marido siempre me decía que tenía que dedicarme a esto, y un día me animé”, cuenta Lucía, sonriente.
El nombre Rushia se pronuncia tal cual se escribe, y significa “Lucía” en japonés. “Busqué mi nombre en distintos idiomas hasta que encontré ese. Me gustó cómo sonaba, tenía mi impronta pero sin ser literal”, explica.
De la empresa familiar al sueño propio
Antes de lanzarse a emprender, Lucía trabajaba en el área de marketing de la empresa agroindustrial familiar. Pero las ganas de crear algo propio, con su sello personal, la empujaron a dar el salto.
“El 2 de octubre del año pasado abrí las puertas del local físico. Mi modelo de negocio es simple: en Rushia vendo solo lo que tendría en mi casa. Todo lo pruebo antes. Si un mantel o una servilleta me gusta y funciona, lo sumo. Nada está ahí por casualidad”, cuenta.
Esa autenticidad se convirtió en su sello. En el local —ubicado en Parada 1, San Lorenzo, local 20— conviven manteles, vajilla, aromatizantes, muebles de exterior y ropa de cama con diseño cuidado y materiales nobles.
“Lancé mi propia línea de mantelería y servilletas, y también de ropa de cama. Todo con combinaciones pensadas, con ese toque que me gustaría ver en mi casa”, dice.
Mesas con historia (y corazón)
Lucía no se define como decoradora, aunque sus clientas confían plenamente en su gusto. “Una vez me llamó una cliente desesperada: tenía una cena importante y no tenía nada para poner en la mesa. Le pedí que me dijera qué iban a comer, cuántos eran, y fui con todo: mantel, servilletas, panera. Le dejé la mesa lista para recibir. Me encanta eso, resolverle al otro, hacerlo disfrutar de su casa.”
En otra ocasión, una clienta le pidió ayuda para renovar el dormitorio. “Cargué el auto con cubre sommier, mantas, lámparas, alfombra… ¡todo! Le di vuelta el cuarto. No soy decoradora, pero me divierte y me encanta hacerlo”, confiesa entre risas.
Un legado que se hereda
Las mesas familiares siguen siendo el corazón de Rushia. “Somos 15 todos los domingos —mis padres, mis hermanos, mis hijos, sobrinos—. Mi mamá es una gran cocinera, y de ella heredé el amor por recibir. Mi abuela paterna también cocina increíble y es una gran jardinera. Creo que todo eso se va transmitiendo: las flores frescas, la comida casera, las mesas grandes”, dice.
Esa herencia hoy se traduce en un emprendimiento que celebra la belleza cotidiana: una mesa bien puesta, una casa que huele rico, un rincón acogedor.
Y en el horizonte, Lucía ya imagina a su hija Guille tomando la posta. “Me encanta mostrarle lo que hago, ver si le gusta. Ojalá algún día continúe con sus propias ideas y su empuje. Rushia es también eso: algo para compartir”.
Rushia Home Deco
- Parada 1, planta alta local 20, San Lorenzo (Salta)
- Lunes a sábado de 10 a 22 | Domingos de 10 a 18
- Instagram: @ https://www.instagram.com/rushia.salta/