"A orillitas del canal,
cuando llega la mañana,
sale cantando la noche
desde lo de Balderrama"...
El templo mayor del folclore, el lucero de Esteco y San Martín, la peña y boliche Balderrama cumple mañana 70 años. Para celebrarlo se organizó un mega festival gratuito que copará la calle con las canciones del Chaqueño Palavecino, Las Voces de Orán, Diableros de Orán y Guitarreros, Anita Brizuela, Comparsa Los Inca y Coqui Ríos.
Además, el viernes 31 de marzo y como sucede todos los años se realizará el tradicional “Almuerzo de los abuelos” para celebrar el cumpleaños del boliche con hogares de ancianos de la ciudad. Eso no es todo: para abril se prepara un festival con los niños organizado con Carlitos Melián.
Patricia Balderrama, hija de don Juan Balderrama, continúa con el legado de su padre y mantiene en alto el trabajo que convirtió al local en la meca del folclore. Sus paredes relatan el paso de los más queridos folcloristas argentinos, guardan poesía y esas canciones que saben todos. No por nada, salteños y turistas del mundo lo eligen y lo quieren conocer.
“Balderrama es hoy una empresa de mujeres que seguimos adelante con una tradición del folclore nuestro”, fue lo primero que dijo Patricia a IN Salta. Dijo que “el secreto para llegar a los 70 años es amar lo que haces. Mi papá me decía querelo al negocio y a veces renegaba. A mí me pasa ahora porque a las que vienen les estamos transmitiendo lo mismo y es algo que se tiene que sentir a flor de piel”, explicó.
Cuna de cantores y poetas
El Boliche Balderrama nació en Salta en 1953, de la mano de los hermanos Juan, Daria y Celestino como un almacén de ramos generales, donde además se vendían bebidas típicas de la región.
Al cabo de unos años, comenzó a funcionar la picantería Balderrama ubicada entonces en la esquina de Corrientes (hoy San Martín) e Ituzaingó, a unos metros del mercado San Miguel. Se dedicaba a la venta de comidas (locro, picante de pollo, de lengua, de panza, de conejo, de cordero, de suyo y empanadas) a la gente que hacía compras en el mercado San Miguel.
A la picantería comenzaron a llegar artistas de la talla de Juan Carlos Dávalos, Eduardo Falú, César Perdiguero. Por el 1956, el boliche se traslada a la esquina de San Martín y Esteco y se convirtió en el refugio de los poetas, músicos y pintores, entre los cuales pueden mencionarse el “Cuchi” Leguizamón, Jaime Dávalos, Villegas, Sato, Manuel J. Castilla, Hugo Aparicio, Díaz Bavio. Hasta la madrugada se quedaban componiendo música, escribiendo poemas o pintando las paredes.
Porque la pasaba tan bien en el boliche, Manuel J. Castilla le compuso una zamba. Cuando estuvo lista se la dio al “Cuchi” Leguizamón para que le pusiera la música. Y después, ya nada fue igual, cambió hasta la clientela, el ambiente se volvió más bohemio y cuando la zamba fue cantada por Mercedes Sosa, la fama del boliche se difundió por todo el país.
Setenta años pasaron desde su nacimiento y el Boliche Balderrama es conocido tanto a nivel nacional como internacional, lo concurren visitantes de diversos lugares durante todo el año y artistas de reconocida trayectoria quienes renuevan permanentemente el espectáculo.