¿Qué análisis hace de la jornada de ayer que arrancó con un mensaje de Macri pidiendo calma y terminó con una devaluación de más del 7 % en un solo día?
El presidente Mauricio Macri, salió ayer muy temprano para brindar certidumbre a los mercados que venían con dudas sobre la capacidad de pago de la Argentina de las obligaciones que tiene en 2019.
Argentina tiene una deuda en dólares, que no produce, los tiene que conseguir. Vendiendo más de lo que compra, es decir con desequilibrio en la balanza comercial, importando más de lo que exporta; tiene que conseguir los dólares pidiendo plata prestada. El mercado internacional ya no nos presta más, porque nos dio más de 100 mil millones en los últimos dos años. Otra fuente de financiamiento es el Fondo Monetario Internacional, que nos presta pero de manera condicionada. Eso compone nuestra oferta.
La demanda de dólares viene dada por los consumidores comunes, es decir, por los argentinos, que frente a la inflación que crece junto con la incertidumbre, deciden comprar dólares; y del mercado financiero.
A esto se le agrega que uno de los acuerdos con el FMI incluye destrabar, al menos un poco, el stock de LEBACS (Letras del Banco central), ya que todos los meses en los “super martes” iban a soltar 100mil millones de pesos. Estos pesos o se van a otros títulos con tasas altísimas (más del 45%) o se van a dólares.
Hay cálculos hoy de que esa demanda de dólares se equipara con la oferta, con un valor de $38 por dólar.
Hay dos alternativas: Si el Banco Central no sale a frenar esa demanda con dólares, sube el dólar y por ende, la inflación. Pero, si el BCRA pone a disposición los dólares suficientes, quien le prestó a Argentina puede pensar que el país usa los dólares que nos prestaron para controlar el tipo de cambio –como viene sucediendo en los últimos meses, en los que se fueron 12mil millones de dólares en este concepto- y deducen que el país pierde capacidad de pago de su deuda.
Entonces, sube el riesgo país. Hoy somos el segundo país latinoamericano con más riesgo país después de Venezuela. Algo que pueden advertir quienes tienen títulos de la Argentina en la mano. Éstos tienen un CDS (Credit Default Swap), un seguro que cubre a su tenedor del riesgo de impago de un préstamo. Este seguro contra el default de la Argentina está subiendo en puntos básicos, es decir, en su costo, todo el tiempo.
Riesgo país, más riesgo de default provoca que el mercado se “enloquezca” un poco más.
Estamos en un momento, además, en el que los indicadores económicos de agosto son los peores de la gestión de Mauricio Macri: inflación cercana al 4% y fuerte caída de la actividad económica. Por otra parte, no se vislumbra que en el Presupuesto 2019 se pueda equilibrar como se comprometió el gobierno con el FMI. Si a esto le sumamos la falta de credibilidad en la palabra de los gobernantes argentinos, la investigación de los hechos de corrupción en cuadernos, no se avizora qué sector de la economía puede empujarla hacia delante. Solo son excepciones la cosecha fina que llega a fin de año, la gruesa que llegará en el segundo trimestre del año que viene, algo que puede aportar el turismo, y quizás minería o energía que necesitan más tiempo para madurar.
¿Encontrará techo el dólar?
Con la foto de hoy, controlando la oferta y la demanda, podría ser $ 38. Pero esto se va a ver impactado por las expectativas de los argentinos y la demanda que esas expectativas le impongan a la moneda.
¿Cómo impacta esta nueva devaluación dos días antes de los aumentos de combustible y pan anunciados?
El dólar creció un 100 % desde agosto de 2017 a hoy. Esto potencia los distintos aumentos previstos a partir del 1 de setiembre, como el combustible, por ejemplo. El “pass through” (impacto que tiene una suba del tipo de cambio en los precios) en Argentina es del 50 o 60%. Es decir, sube el dólar, sube el flete y suben los demás precios.
¿Hay algo positivo en la devaluación? ¿para quiénes?
Sí, para aquellos que tienen capacidad de vender afuera. Se trata de los sectores transables. Además, quienes antes elegían el exterior para vacacionar es muy probable que recorran el país y además el flujo de dólares que se iba por turismo se va a cortar, lo que va a equilibrar una de las restricciones externas que tiene el país.
¿El intento de vincular los graves hechos de corrupción que se investigan con la desconfianza en la economía del país es válido?
En el mundo están horrorizados con nosotros. Es un aditamento más. El riesgo país lo demuestra y hace que el mundo ya no nos preste. La Argentina entró en “modo elección” y el mundo no sabe para dónde va a ir el futuro. Se puede declamar un discurso pero eso no garantiza credibilidad. Hemos conseguido que el FMI nos adelante la plata para el año que viene, esto sí debería generar calma pero evidentemente vamos a seguir “corriendo” en Argentina.
¿Cómo llegamos a fin de año?
Van a pasar cosas que ya hemos adelantado. La economía no se va a reactivar hasta fin de año, con lo cual se va a vender menos y los sueldos -aunque me aumenten- no me van a alcanzar para comprar lo que compraba antes. ¿Puede empeorar? Sí.
¿Esta economía fuera de control acelera el cambio de gobierno? ¿se puede pensar en adelantar las elecciones?
Creo que no hay ánimo ni en la política, ni en la clase dirigente, ni en el sector de los negocios. Esa decisión empeoraría el clima de negocios y destruye más la política argentina. En 2001, la gente se cansó de la clase política y creo que hemos aprendido de eso y con todos los dirigentes que hablo, la mayoría va a acompañar a este gobierno para que termine su mandato, cosa que en lo personal también deseo.