En apenas dos décadas, San Lorenzo Chico pasó de ser un sector rural, casi aislado, a transformarse en uno de los enclaves residenciales y comerciales de mayor crecimiento en Salta.
En esa evolución, un proyecto emblemático que marcó un antes y un después fue el club de campo Santa María de la Aguada, desarrollado de manera integral por la firma de arquitectura, construcción y desarrollo inmobiliario MCI SRL.
Luz Llaya, socia gerente de la firma y miembro de la Comisión Directiva de CADISAL, recordó en diálogo con IN Salta que el proyecto nació poco antes del 2000 a partir de una necesidad propia, que también era compartida por otros amigos: buscar un lugar para vivir muy parecido a San Lorenzo, pero más accesible. "Lo que más nos atraía era todo el verde que tenía el lugar, un campo ganadero, la laguna y los cerros alrededor", recordó.
Con esa visión, la firma diseñó y desarrolló lotes amplios, de entre 3.000 y 3.500 m², con el objetivo de mantener la impronta de campo y respetar el entorno natural. Pero a medida que pasaron los años, el mercado fue evolucionando y las urbanizaciones comenzaron a orientarse hacia lotes más compactos, integrando todos los servicios y comodidades.
Una nueva etapa: housing y soluciones llave en mano
Fiel a esa evolución del mercado, MCI enfocó su nueva etapa de crecimiento en desarrollos que respondan a las necesidades actuales, especialmente de las generaciones más jóvenes, que buscan soluciones habitacionales listas para ocupar y con servicios incluidos.
El emprendimiento “Senderos”, ubicado también en San Lorenzo Chico, sintetiza esta estrategia. Se trata de un proyecto de housing con 42 unidades entre departamentos, lofts y casas de dos y tres dormitorios, emplazadas en un entorno natural con laguna, arroyito y arboleda.
“Los millennials quieren mudarse sin pasar por todo el proceso de comprar un terreno y construir. Valoran los amenities, la pileta, el mantenimiento y la jardinería incluidos”, indicó a IN Salta.
Oferta corporativa
Además de vivienda, MCI avanza con Focus Oficinas, un complejo de ocho oficinas corporativas sobre la circunvalación, diseñado para empresas que requieren espacios amplios y cercanía con los nuevos accesos del área. El proyecto apunta a la creciente demanda del sector corporativo, incluidos rubros vinculados a la minería y servicios profesionales.
Financiamiento propio y un mercado activo
En un contexto sin crédito hipotecario tradicional, la desarrolladora implementó alternativas de financiamiento: anticipos del 20 al 30% y planes de hasta 36 cuotas actualizadas por CAC (Coeficiente de Actualización de Construcción).
“Hasta que vuelvan los créditos hipotecarios, las desarrolladoras acompañamos a las familias para acceder a su vivienda. Nos adaptamos a las necesidades de cada comprador”, señaló.
El sello MCI: diseño, calidad y naturaleza
Respecto al estilo de sus proyectos, Llaya lo define como “modernidad despojada, naturaleza y confort en un solo lugar”.
La empresa, según dijo Llaya, prioriza materiales de calidad, diseño integral y espacios que privilegian la privacidad, la tranquilidad y el contacto con el entorno.