En 2022 se duplicó el precio de los alimentos. En noviembre y diciembre también subieron fuerte el transporte y las tarifas del hogar. El Gobierno no logra frenar los aumentos y los sueldos no aumentan en la misma proporción. El ISEPCI plantea un congelamiento de algunos productos para que las familias puedan alimentarse.
- Tenemos las últimas mediciones del INDEC y las del ISEPCI, con resultados muy similares, pero ¿en qué se diferencian?
- El estudio del ISEPCI es un relevamiento que realiza el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana hace ya muchos años sobre los 57 elementos que componen la canasta básica de alimentos en los negocios de barrios, de cercanía. El INDEC, que responde a un relevamiento oficial del Gobierno, incluye otros productos, también otros locales y en general son relevamientos en grandes cadenas de supermercados; además de otros servicios y necesidades que hacen a la realidad de los argentinos. Solemos coincidir bastante en las mediciones, que son alarmantes. Pero más aún lo es que cada vez que vamos al super o a la carnicería, de igual forma a veces tenemos diferencias.
- ¿Esa diferencia es porque las grandes cadenas tienen otras posibilidades de venta?
- Sí, porque los negocios de cercanía están más condicionados por la necesidad de ir reponiendo en pequeñas cantidades. Ellos no tienen espalda para poder stockearse y adquirir grandes cantidades. Las grandes cadenas, en cambio pueden ofrecer ofertas, pero en algunos rubros mantienen precios más altos que en los negocios de cercanía. A los barrios no llegan nunca los programas de precios controlados, Precios Justos que fueron relanzados y tienen vigencia en gobiernos de distinto signo sin que hayan tenido la posibilidad real de llevar alivio a los hogares argentinos.
- ¿Qué objetivo tienen las mediciones del ISEPCI? ¿Se van a traducir en alguna propuesta para menguar esta crisis?
- Sí, elaboramos propuestas en base a los estudios, pero no se escucharon. En esta ocasión pedimos que los 57 productos de la canasta básica lleguen a una especie de congelamiento. No estamos planteando un congelamiento de precios. De hecho los productos que estén fuera de la canasta seguirán su curso de aumento. Pero pedimos, ante esta situación de clara emergencia, un compromiso de todos; un punto de partida para que no se continúe deteriorando la calidad alimentaria de las familias de menos recursos.
- Lo que dice es tremendo, y no hay muchos países en el mundo que tengan la misma realidad que nosotros….
- No, de hecho solo tres y atraviesan situaciones de guerra o dictadura. En condiciones normales de democracia, no lo hemos visto. Es muy preocupante porque los ingresos de los sectores no subieron en la misma proporción. Los salarios informales de jefes y jefas de familia, las asignaciones sociales, los que reciben el salario mínimo, no tuvieron incremento en la misma proporción.
- Y no solo hablamos de alimentos, los servicios también tuvieron sus incrementos.
- Las tarifas del hogar han empezado a incrementarse, igual que el combustible y el transporte. Todo esto tiene una incidencia en el descenso de la capacidad de cobertura de necesidades básicas de las familias.
- ¿Qué es lo que se puede hacer? Porque hasta el momento las recetas aplicadas no se ven en las góndolas...
- El Gobierno aspira a lograr bajar el nivel de aumento, es decir no aspira a frenar los aumentos, sino a que aumenten menos. El resultado de diciembre no es el mejor para sus aspiraciones, si bien el incremento menor el aumento en general de los precios al consumidor de los alimentos volvió a ser bastante alto dentro de la expectativa que tenían. Puede ser que en los primeros meses de este año se logre frenar un poco el proceso inflacionario, pero el panorama no es alentador.