Desde 1958 La Negrita Regionales pone a la venta esos alfajores que tientan a todos: a los golosos, a los no tanto, a los turistas y a los locales. En la Semana del Alfajor hablamos con Marta Spaventa, para que nos cuente los secretos de su permanencia y renombre creciente.
“Nuestro secreto (que no es ningún secreto) es siempre adquirir las mejores materias primas. Esa ya es una buena base para un producto de calidad. Y el segundo es saber qué hacer con ella, porque el mejor insumo puede no tener un buen resultado si no se lo trabaja con amor”, nos confió.
A lo largo de tres generaciones en 60 años la empresa superó crisis financieras, políticas, y se mantuvo siempre en pie. “Se lo debemos a quienes nos eligen. Es que ofrecemos un producto que no es inaccesible y cuyo consumo está al alcance de todos. Es una golosina que podés comprar para darte un capricho alguna vez, con mayor o menor frecuencia; pero siempre vas a poder comprarte un alfajor. También nos buscan mucho de afuera. Una caja de nuestros alfajores es un excelente presente para llevar o un recuerdo”, agradeció.
Los planes a futuro son seguir produciendo y generando ingresos para las siete familias que dependen de la marca. No piensan tanto en la expansión, como en concentrarse en su clientela fiel que les corresponde eligiéndolos siempre.
Su amplia experiencia en la venta de alfajores artesanales avalan la calidad de los productos de La Negrita Regionales. Sus famosos alfajores son elaborados con materia prima de alta calidad, para garantizar un sabor inigualable. Entre sus especialidades podemos destacar en la elaboración de dulces y bombones y los inconfundibles alfajores de fruta. Cuenta con un equipo de trabajo altamente capacitado para garantizarle el mejor servicio y una excelente atención personalizada.