No existe un momento exacto en el que podamos decir que Carolina Paratz inició su camino en la renovación de interiores; pero esta emprendedora ya se hacía oír a muy temprana edad –cuando aun era diseñadora en potencia-. Desde pequeñita, Carolina recuerda que pintaba las paredes de su habitación, al igual que su hermana, haciendo de ese lugar “su” espacio personal.
“Vivíamos con mi abuela y recuerdo querer renovar todos los espacios, pero como no podía, le cambiaba de lugar los muebles, colgaba cuadros, lo que podía”, recuerda en diálogo con IN Salta.
Los años le dieron nuevos lugares para explorar e intervenir con su arte, que clamaba por salir a la superficie.
“Cuando me independicé alquilaba cuartos y los intervine a todos, luego tuve a mi hija y le hice cuartos temáticos de lo que te imagines; ahora tiene 18 años, pero tuvo su dormitorio personalizado en cada casa a la que nos mudamos”, contó.
Caro Paratz es, sin dudas, una mujer talentosa para el arte y a la hora de tomar las herramientas ella no claudica: taladros, maderas, clavos y tornillos se mezclan con sus delicadas pinturas para crear repisas y absolutamente todo el mobiliario menor de su taller.
No se trata solo de crear, hay que buscar las bases
El emprendimiento de Carolina es profundo en sus raíces, apasionada de los números que son la base de su emprendimiento. Sí, una base matemática, y geométrica en la que se basa su creatividad. Ella lo explica: “Cuando estudié me decían que nada que ver la Arquitectura y las matemáticas con el diseño de interiores, pero ambos están muy relacionados por la geometría espacial, en todas las formas hay algo matemático, la matemática está metida en todo aunque no se note porque tiene otras ramas más aburridas”.
Pasión que es emprendimiento
Cuando la crisis del 2001 sacudió los cimientos económicos del país, Carolina abrazó la docencia y se abocó a ella, que le dio la estabilidad necesaria para atravesar esos difíciles años. Sin embargo, la pasión, estaba ahí, le brotaba por las venas hasta sus manos y explotaba en colores, muebles y paredes.
Sus alumnos lo notaban y se negaban a aceptar que tanto talento quedara entre cuatro paredes. Por eso, publicó avisos en diarios y creó su página, para que su lado artístico tuviese también su expresión.
En 2009, un llamado desde un teléfono fijo lo cambió todo. Era Beba, con una propuesta de renovación de un ambiente, la hija de su clienta, sus amigas y quien supiese apreciar un buen trabajo se peleaban por sus servicios. Todas querían la intervención de Carolina en sus ambientes, y desde entonces no paró.
Lo importante es lo interior
Esta pandemia nos obligó a muchas cosas: a reinventarnos, y a apreciar el hogar, el espacio en el que transcurre la vida. “Lo que yo descubrí es que renovar los lugares de tu casa no es una frivolidad, es un espacio tuyo que se resignifica para acogerte”, observó.
Carolina también cambió con la pandemia, y su apuesta fue a su emprendimiento. “Yo me dedicaba a la renovación de interiores, pero notaba que me faltaba algo en el tema de arte. Ya había hecho murales en cuartos de los niños, pero para intervenir otros espacios, los salteños somos más conservadores. Me dieron ganas de aprender más de arte y me inscribí en el taller de Claudia Domínguez. Mientras mis compañeras intervenían tazas, algún objeto pequeño, yo enloquecí y empecé a pintar cuadros abstractos”, recordó.
Hasta entonces, Carolina tenía una tímida presencia en Instagram que usaba para mostrar una eventual foto y, por el contrario, Claudia tenía allí su emprendimiento con una visibilidad más profesional.
“También lo que me dio la cuarentena es otra posibilidad de interactuar con mis clientes, a modo de entretenimiento me dediqué a mi página, empecé a subir más fotos y un día me mandé y realicé un mural en mi casa. Me salió muy lindo, muy divertido, y mi nueva amiga Claudia me dijo ´tenés que subir las fotos!”, relató. Ese fue el inicio de una nueva faceta de su emprendimiento y del nacimiento de una inminente sociedad, aunque virtual.
“Se suele pensar que la renovación de ambientes, los murales y otras intervenciones, son para una elite de gente que puede costear un arquitecto y asesores. Nosotras pensamos que no es así, si bien los materiales son caros, tratamos de brindar un servicio que esté al alcance de todos, sumamente personalizado e incluso haciendo intervenir a las personas en el proceso para que el espacio realmente les pertenezca y de paso abaratamos algunos costos”, explicó.
Hoy, en su página de Instagram Carolina ofrece diferentes asesorías virtuales, muestra los trabajos y murales que realiza junto a su nueva socia. El futuro ya no tiene límites para esta soñadora.