La falta de lluvias y las altas temperaturas hacen daño en toda la provincia. La sequía se siente fuerte y tiene en jaque a los productores agropecuarios salteños pues en algunas regiones no pudieron sembrar, en otras únicamente cuentan pérdidas y en otras los animales mueren por la falta de pasturas.
Los dirigentes de diferentes sectores hacen gestiones ante el Gobierno provincial y la Nación para conseguir los recursos que alivien financieramente a los hombres y mujeres del campo. Piden la modificación de la ley Emergencia Agropecuaria, para que se amplíen sus beneficios, y fondos para hacer frente a las pérdidas.
Natalio Iglesias, presidente de la Asociación de Productores de Legumbres del NOA, lo resumió: “La realidad del productor salteño es angustiante por estas horas”. En el análisis que hizo para IN Salta comentó que “las pérdidas por la sequía ya no se cuentan por hectáreas, sino que hay cultivos enteros que se perdieron, como la soja, cuya siembra fue imposible en un suelo que no recibe lluvias”.
El dirigente señaló que “las siembras de maíz que inician en diciembre y hasta enero se perdieron ya en un 30% y que no hay forma de recuperarlas. A la soja directamente no la pudimos sembrar en Rosario de la Frontera y Metán. La única alternativa que queda es el poroto, pero este es un cultivo que cotiza en oferta y demanda”.
En el panorama que presenta Iglesias sobresale lo que se considera un gran problema para los productores que tomaron créditos a cosecha. “Son créditos que se van cancelando con las primeras producciones, pero al no haber siembra tampoco hay cosecha”, explicó.
Autoridades de la Asociación de Productores de legumbres del NOA se reunieron con el Gobierno de Salta y gestionan alternativas. El presidente de la institución informó que mañana tendrán una reunión con funcionarios de Nación a quienes plantearán en detalle por lo que están pasando. “La verdad es que al campo siempre le sacan, pero cuando al campo le va mal nadie le da nada”, reclamó.
“Tal vez algunos pocos productores grandes puedan recuperarse de esto, pero en Rosario de la Frontera el 85% son chicos y medianos y en el sur, 710 productores no tienen espalda para sostener la producción en estas condiciones. Con la carga de retenciones que tienen el maíz y la soja se hace imposible. El fisco se lleva un 65% de lo que se produce en bruto”, explicó.
El ministro de la Producción, Martín de los Ríos, los visitó la semana anterior en Anta, departamento en el que ya se anticipan pérdidas de entre 300 y 500 mil toneladas de cultivos. En ese encuentro también se hizo hincapié en la merma de los alimentos para los animales y en el costo de trasladar los rodeos a otros campos.
Una ley obsoleta
También hubo reuniones con la Secretaría de Agricultura de la Nación en las que se advirtió que con la Emergencia Agropecuaria se traslada el pago de los impuestos en cuotas, lo cual no resulta una solución en el largo plazo.
“La emergencia sirve si tenés pérdida de cultivo, no pérdida de siembra. Si no siembro, esa ley no me cubre y entonces es obsoleta. Por lo tanto, no tenemos apoyo de los gobiernos”, denunció al tiempo que advirtió: “Que le vaya mal al campo es catastrófico porque implica menos dinero para las arcas del Estado, menos cantidad de productos y más caros en las góndolas y menos dinero para sostener al empleado público”.