La noticia impactó y fuerte en el sector citrícola ya también en el Gobierno, que no la esperaba ni imaginaba. Ayer el Gobierno del nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, suspendió por 60 días la importación de limones argentinos. Lo hizo a través de una resolución que publicó el Departamento de Agricultura del país norteamericano (USDA).
La primera reacción llegó del lado de los funcionarios. El ministro de Ambiente y Producción Sustentable, Javier Montero, no dudó en manifestarse sorprendido por la noticia. “Habíamos escuchado mucho acerca de las políticas proteccionistas que proyectaba el presidente Trump, pero no imaginábamos que esto podía pasar, y a menos de una semana de hacer asumido el Gobierno”, señaló el funcionario.
De todas maneras, interpretó que “lo que hay que hacer ahora es esperar. Esta suspensión es temporal, y no implica por ahora un cierre definitivo del mercado norteamericano. Creo que debemos estar atentos a lo que ocurra en las próximas semanas”.
En el sector empresario, mientras tanto, también reinaba la sorpresa. Ocurre que, a partir del levantamiento definitivo de las restricciones para el mercado de los Estados Unidos, varias empresas proyectaban realizar este año fuertes inversiones para expandir su producción.
De acuerdo con un informe elaborado por la Dirección General de Agricultura, cuatro firmas ya habían comprometido la incorporación a la producción de 4.400 hectáreas de limón. Las dos más relevantes son La Moraleja y Pablo Padilla, que tienen en vías de plantación 1.500 hectáreas de limoneros cada una, todas en el departamento Metán. En el norte provincial, en el departamento Orán, Ramón Tuma y Francisco Mudad tienen también en vías de plantación otras 700 hectáreas de limoneros cada uno.
Un empresario local consultado por INSalta, que pidió mantener su nombre en reserva, aseguró que “las inversiones están en marcha y hoy resulta muy difícil volver a atrás. Esperaremos a ver qué pasa con Estados Unidos, y si no tendremos que salir a buscar nuevos mercados”.