Ayelén María Celeste Maigraf es una soñadora incurable y una aprendiz eterna. Recibida de bióloga y con una empresa en pleno auge, sabe que el camino del conocimiento no tiene final. Por eso, no solo su vida es una capacitación constante, sino que además encuentra el tiempo y la generosidad para transmitir sus conocimientos a 80 emprendedores que pasaron por los talleres de Hongos del Valle.
Aunque sus sueños no tienen techo, sus ideas se concretan en proyectos absolutamente realistas y objetivos, como el que le valió la instancia de la capacitación en Naves.
Se trata de un trabajo para reemplazar el polietileno expandido (telgopor) por el micelio del hongo, que forma una estructura rígida, es ignífugo y además muy ecológico, pues al estar realizado de productos naturales, se reabsorbe (biodegrada) en uno o dos meses.
Esta tecnología ya se aplica en grandes centros industriales de Estados Unidos y de Holanda para reducir el impacto ambiental de los envoltorios protectores de computadoras y televisores; y el INTI realizará una jornada en noviembre para evaluar la posibilidad de su aplicación en Argentina.
Otros usos son la construcción de paneles para estructuras provisorias y macetas, ya que las partículas forman una estructura que no deja penetrar el agua, lo que te permitirá hacer crecer tus plantas con total seguridad y una, vez listas, colocar la maceta directamente en la tierra, que la absorberá.
El presente de Ayelén transcurre entre sus plantaciones de gírgolas y hongos shitake, y la gran capital que la espera para capacitarla en negocios.
“Soy una bióloga enamorada de la vida y amo lo que hago, pero nunca aprendí marketing para vender y ofrecer mis productos. Naves me brindó ese elemento, hoy fundamental para el crecimiento de mi empresa” comentó en diálogo con IN Salta.
“Mi sueño es poder crecer para continuar creando fuentes laborales. Sé que la situación está difícil en estos momentos, pero creo que es cuando más tenemos que crear alternativas de desarrollo para nuestro país”, concluyó.