En la feria de artesanos que se reúne todos los sábados en Vaqueros, una joven de sonrisa constante comenta entusiasmada a los vecinos que se congregan a su alrededor sobre los beneficios del producto que fabrica ella junto a una amiga de forma totalmente artesanal.
Se trata de los purificadores de Agua Vida, que no solamente cumplen con la fundamental misión de los tradicionales purificadores, sino que además vienen en novedosos diseños artesanales que los embellecen y los convierten en un objeto más de la decoración del hogar.
Gabriela Ferreyra, su creadora, reconoce con cierta timidez que el comercio de estos artefactos no es una idea novedosa en sí. “Lo que nosotros le agregamos es el diseño, la parte bonita como innovación”, explicó.
Los fabricó antes en Buenos Aires, y hace tres años cuando se radicó en Salta, continuó con el emprendimiento. “Yo soy principalmente acompañante terapéutica, esa es mi profesión y siempre busqué la forma de estar con contacto con la gente, una salida que me permita sostenerme sin dejar de interiorizarme por el otro y su bienestar. En Buenos Aires me podía dedicar sólo a mi empresa. Aquí tuve que buscar otra alternativa paralela en el campo de la salud. Aún así seguimos buscando el apoyo para sacarla adelante”, comentó en diálogo con IN Salta.
El camino de la producción no es sencillo y muchos materiales deben ser enviados desde Buenos Aires para su ensamblado. Para respetar la esencia del producto, la cadena de comercialización del mismo es en la feria y a través del boca a boca.
Son muchos los interesados en comercializarlos, pero Gabriela primero busca asegurar la capacidad de producción para poder responder a la demanda sin resignar en calidad ni en diseño.
Por ello está a la espera de un crédito que se otorga a artesanos, ayuda que le permitirá expandirse y llegar a localidades del interior provincial y luego seguir creciendo hasta que Agua Vida sea una marca reconocida en cada cocina salteña.