Agustín Astudillo es un joven alegre, estudioso y muy prolijo, pero el cien por ciento de su carisma sale a relucir cuando habla de jardinería.
Él nos contó que Los Lapachos es un emprendimiento que nació hace cuatro o cinco años mientas él estudiaba Ingeniería Agronómica. “En ese entonces empecé a reproducir cactus y suculentas que pude vender a amigos y familiares y, desde la virtualidad, llegar a algunos clientes”, recordó.
Pero este ímpetu casi le significa un traspié cuando el nacimiento de Los Lapachos fue anunciado como vivero.
“Empezó como un vivero, pero yo desconocía todo lo que significa en términos burocráticos y sanitarios tener un vivero. La verdad es que me asusté y pude restructurar como jardinería”, explicó.
El salto del hobby al emprendimiento se dio por la misma familia y amistades. “Tenía cantidad de plantas y empecé a ofrecerlas, ya no a regalaras y eso me permitió ahorrar para mejorar la tierra, el sustrato, las macetas y productos de enraizamientos”.
Y tiene un ayudante que sigue sus pasos y disfruta al igual que él de poner sus manos en la tierra. Se trata del pequeño Bautista, que con siete años es su socio fundamental en esta aventura.
Un servicio casi esencial
Esta pandemia encontró a los salteños con mucho más tiempo libre del que podrían administrar en muchos casos.
“Con la pandemia mucha gente se dedicó más a la jardinería, como un escape mental, como una forma creativa de usar el tiempo en una actividad que además es relajante y muy satisfactoria”, comentó,
“La gente, antes, te digo nuestros padres y abuelos, disponían de más tiempo para dedicarse a las plantas, la jardinería y muchos tenían árboles frutales y cosechaban sus propias hortalizas. Hoy, por el ritmo de vida, la gente llega muy cansada y ya no tiene el tiempo para dedicarle a un jardín enorme. Yo pienso en eso y ofrezco macetas en tamaños pequeños y medianos, con plantas que no requieren de muchos cuidados. A las suculentas si te olvidas de regarlas un día no pasa nada, son bien resistentes”, detalló.
Con respecto a Los Lapachos, Agustín nos cuenta que “estoy dando lo mejor de mí, la jardinería es mi pasión y quiero llegar con ella a las personas. Porque no se trata de venderles una planta, sino conocer sus preferencias, sus posibilidades de espacio, y eso es algo que solo lo conocés dialogando con el cliente”, aseguró.
En el futuro, Agustín espera poder contar con un gran espacio físico para finalmente concretar el vivero Los Lapachos.