“Estamos desesperados”, comentó el delegado regional Norte del Gremio Aeronáutico, Juan Pablo Armanino. Más de 200 operarios (100 en regional Norte y otros 100 en bases del país) no cobran sus haberes desde hace cinco meses, ni el aguinaldo del mes de julio. Muchos volvieron a vivir con sus padres y la mayoría manda a sus hijos a alimentarse en comedores comunitarios.
Ayer el sindicato informó oficialmente que Andes Líneas Aéreas suspendió sus operaciones en todo el país por 10 días.
Lamentablemente, sin solución a la deuda de 280 millones que mantiene con la firma el Gobierno de Chubut y sin respuesta del gobierno nacional, la empresa hoy no puede pagar ni siquiera el combustible. Hoy se cumplen cinco meses sin que los trabajadores cobren sus haberes.
“El problema que tenemos es que hemos tenido una situación muy dura en estos últimos meses y al no aparecer el dinero, con el cese de operaciones tememos lo peor. Estamos desesperados, por esta situación que no vivíamos hace muchísimos años en el ambiente aeronáutico”, alertó.
“Por el momento, la única situación similar es con Avianca, la que fue denunciada a nivel nacional, pero esto nos toca más de cerca porque es una empresa de Salta, que tiene mucha gente en Salta y por la importancia que tenía para la conectividad de la región. Estamos hablando de una empresa que hace tres años trajo aviones nuevos y hoy la han destruido por completo”, lamentó.
La empresa
Desde su nacimiento en 2006, en la provincia de Salta hasta el presente; Andes Líneas Aéreas logró sostenerse en medio de un complejo contexto económico nacional, trabajando de manera sostenible para el desarrollo del mercado aerocomercial argentino.
Con la visión de ser una aerolínea accesible, confiable y cercana a los ciudadanos, la compañía desarrolló servicios de vanguardia que la posicionaron en un sitial de liderazgo en vuelos chárter a nivel de Sudamérica y vuelos regulares en el orden nacional, sorteando numerosos obstáculos que en definitiva permitieron poner en práctica innovadoras y exitosas estrategias comerciales y políticas de recursos humanos, pese a un frágil contexto aerocomercial.
Con una “política de tarifas inteligentes”, intentó adaptarse a la “revolución de los aviones” de estos últimos años, pero finalmente por la gran cantidad de deudas, la competencia con otras líneas de bajo costo y la indiferencia de las políticas nacionales, hoy está al borde del abismo.