Caschy abrió sus puertas el 2 de mayo del 2015 con una apuesta innovadora de diseño plasmado en la línea de personajes de una típica familia norteña en la que no faltan su perro sin raza (caschy), ni sus dos simpáticas llamas. El sueño comenzó cuando un publicista y un diseñador gráfico unieron sus fuerzas para reinventar “lo tradicional” pero con mucho estilo y exclusividad. Gustavo Mioni y Ricardo Aviles vieron surgir entonces a Caschy en medio de la originalidad de sus personajes y el color de sus productos.
“Ricardo y yo vivimos muchos años en Europa, trabajábamos en diseño y una empresa de publicidad respectivamente. Cuando veníamos de vacaciones a Salta veíamos mucho turismo pero poca oferta. Muchos productos que decían ser artesanales pero eran industriales. Yo tenía un local que vendía cosas de diseños y desde ahí tanteamos al mercado para ofrecerles algo que sea autóctono pero sin perder la gracia”, recordó Gustavo en diálogo con IN Salta.
Hoy 35 familias dependen de la empresa mientras sus productos se insertan en los mercados mundiales que reclaman la originalidad de sus diseños y la calidad de sus confecciones. “Las personas que contratamos tienen un determinado perfil emprendedor. No se quedan sólo en la tarea que tienen asignada, sino que además saben de sublimar una taza, aplicar un diseño. Así no sólo no hay tiempo ocioso, sino que además se entretienen con la elaboración de confecciones. Trabajamos con la premisa de que salgan con más conocimiento del cual ingresaron, pero además la idea es que se algún día deciden irse de la empresa, que no sea a vender ropa a la vuelta, sino que su paso por la firma sea un disparador para crecer”, invitó.
En sus tiendas encontrás objetos que son los mejores souvenirs que le recuerdan al turista su paso por Salta y que adornan tu hogar y te acompañan en tu día a día. Desde completos sets materos, pasando por tazas, imanes, despolvilladores, bolsos, fundas y mucho más. “Lo que tenemos son productos que por ahí lo encontrás en otras partes como termos y tazas, pero estos tienen impreso el sello de la familia salteña. Todo, absolutamente todo es producción salteña. No somos comercio que vende lo que otros fabrican. Vendemos lo que nosotros fabricamos”, comentó.
Crecer desde el interior
Desde que abrieron las puertas de su primer local, la marca no paró de crecer, pero Gustavo no se anima a afirmar que conquistaron al país. “Eso requiere una logística y un desarrollo comercial que aún nos cuesta. Sin embargo, no puedo negar que nos va bien y que la gente nos elige. No quiero sonar arrogante, pero aunque hubo un descenso en las ventas, no paramos de crecer, tal vez nos ayudó la zona o tal vez hubo mucho de mérito nuestro”, celebró.
Recientemente abrieron una sucursal en la turística Bariloche, que se suma a los cinco locales que tiene en Salta, al de Jujuy, al de Buenos Aires y al de Pinamar, que reabrirá en septiembre mientras se trabaja en abrir sucursales en el Litoral. “Tenemos la suerte de haber crecido en una cantidad de tiempo corto en lo que son tiempos empresariales. Sumamos personajes dependiendo para qué zona del país producimos. Por ejemplo en Bariloche les armamos un San Bernardo, pero no dejan de simpatizar con el caschy salteño”, comentó.
El sueño
Con tantos proyectos en marcha, los nuevos desafíos no paran de llegar. El martes último hicieron la primera venta mayorista a Toulouse, Francia, abriendo para la marca el mercado europeo. Una salteña fanática de la marca (como los cientos que los siguen en las redes sociales) les hizo la propuesta de compra y, según supieron, los productos fueron muy bien recibidos en Francia.
“Hay una buena conceptualización del producto salteño, pero falta trabajo de varios sectores para que la marca salteña reluzca en el exterior. Eso a nosotros no nos afectó porque tenemos una filosofía de crecimiento que no se detiene”, comentó. Con esta nueva transacción, está más cercano el sueño de Gustavo de llevar la firma a la costa catalana.
Para finalizar, Gustavo nos deja la clave de su éxito: “Es muy sencillo: hay un momento cuando estás trabajando en tu propio emprendimiento en el que tenés que dar el salto y ese salto tiene que ser en grande, no puede ser un salto tibio”, recomendó. “Tenés que apostar al éxito. Si crees en tu trabajo buscá un buen local, con buena ubicación para que el impacto sea grande, que la cuestión económica no ahogue un producto en el crees, busca lo medios para sea visible”, desafió.