Para hablar de boletos de compraventa tendríamos que partir de una premisa: siempre hay que consultar un escribano. “Cuando voy a invertir mis ahorros personales, los ahorros de la familia, en este sueño de tener mi primer lote o mi primera casa, hay que consultar con un escribano”, dijo la escribana Soledad Martínez y remarcó: “Si uno no tiene un escribano de confianza o recomendado, en la página web del colegio está el padrón con los domicilio y datos de los escribanos”.
La escribana Martínez explicó que existen dos causas por las que se podría firmar un boleto de compraventa. Cuando elegimos un terreno en un loteo, el vendedor, que es el desarrollador del loteo, “nos va a decir que concurra con el escribano de ellos y en ese momento firmará el boleto de compraventa porque el loteo está en trámite de aprobación. Está cursando un trámite administrativo para aprobar la subdivisión de esa matrícula grande en pequeñas parcelas que tendrá cada una el número de catastro”.
La otra causa por la que se firmará un boleto de compraventa es porque el comprador financió el precio en cuotas y recibirá la escritura pública de propiedad cuando cancele.
Cuando el que vende no es un desarrollador en loteo, el comprador puede elegir su escribano e ir a hacer una consulta previa. Debe llevar la documentación con la que cuenta y el profesional, a través de la página de Inmuebles y con la documentación que tenga en la mesa le podrá informar si la matrícula está en condiciones y no tiene problemas: “Así usted va a tener la seguridad de que va a invertir bien su dinero”.
Por otro lado, la escribana manifestó la importancia de que el documento sea redactado por un escribano: “Una cosa es que el boleto esté redactado y que haya sido realizado por un escribano público y otra es cuando se baja el modelo improvisado de un buscador de internet y no a medida. En ese caso, el escribano certifica las firmas de quienes compraron y vendieron, pero esto no tiene que ver con el asesoramiento inicial de ese negocio, ese contrato.