La empresa de bienes raíces y desarrollos inmobiliarios Eduardo Cabrera, tiene una larga trayectoria en el rubro. “Desde 1988 trabajamos con honestidad y transparencia brindando diversos servicios a cientos de clientes”, indicó el propietario de la firma que lleva su nombre, Eduardo Cabrera, quien trabaja junto a su socia gerenta, Milagro Isasmendi.
En el camino hasta ahora transcurrido, diversas son las situaciones que se presentaron, sobre todo en un país en donde la economía tiene altibajos muy pronunciados. Lo único constante para el empresario es el sueño de la casa propia.
“Todo el que alquiló, o está ahora alquilando o piensa hacerlo en el futuro sueña con su casa propia, es un anhelo que tiene la persona aunque aún no tenga familia. Incluso los jóvenes que hoy invierten en distintos negocios, su objetivo final es lograr recursos más rápidos para comprarse una propiedad”. Esto fue quizás uno de los aspectos que lo motivó a desarrollar loteos para brindar también a sus clientes, la posibilidad de proyectar su casa propia.
¿Cómo fue el camino recorrido hasta ahora?
Yo me inicié trabajando en una inmobiliaria hace 30 años, luego me independicé y comencé con compra, venta y alquileres. Con el transcurrir del tiempo, hace 20 años aproximadamente, realizamos nuestros primeros desarrollos inmobiliarios. Las primeras obras fueron en Cachi y en Salta lo que es Los Olmos.
Hoy tenemos varios proyectos terminados y otros en desarrollo. Esto implica un desafío muy grande porque hay muchos cambios en la economía a la hora de pensar obras de infraestructura y mucha burocracia del Estado y las empresas de servicios. Pero es un lindo desafío.
¿Cuál es la situación del público objetivo con el que trabajan?
Siempre hay gran demanda, sobre todo en los alquileres. Pero como el sueño de la casa propia siempre está, la posibilidad de acceder a un lote les permite a las personas acercarse a eso y poder proyectar su casa. Con las propuestas que desarrollamos a través de financiación propia, brindamos soluciones a un público de clase media. Después cada uno va avanzando en su obra de a poco.
Desde la empresa, ¿ofrecen el servicio de construcción?
Recién ahora estamos incursionando en la construcción de un edificio en barrio San Carlos, un complejo de departamentos de un dormitorio. Es una gran experiencia con muy buenos resultados. Pero para trabajar en este tema se requieren créditos, que es lo que no hay en este país. Uno va viendo la forma de poder acceder, pero es muy complicado. Se necesitan créditos con tasas de intereses accesibles.
Ante un déficit habitacional que se va acrecentando, ¿cuál es la solución desde su visión?
Es un tema muy complejo, se solucionaría con intervenciones mucho más inteligentes por parte del Estado. No como se dio el tema de la nueva Ley de Alquileres, que resultó fatal para el inquilino. Hoy si uno mira, la demanda ha crecido y los precios se fueron por las nubes, si el Estado no hubiera intervenido los precios estarían a la mitad de lo que están actualmente.
¿Qué situaciones trajo aparejada la nueva Ley de Alquileres?
La condición del Gobierno de que no se mueva el monto de alquiler por un año fue perjudicial. En julio se cumple el plazo y se espera subas de un 40 por ciento, contrario a lo que veníamos teniendo, montos semestrales entre un 12 y 15 por ciento. Se trabajaba según la inflación y los salarios en blanco, pero hoy es diferente.
Nosotros teníamos un orden y un acuerdo entre las partes, lamentablemente el mal manejo de la economía de este país hizo que todo se dispare. La demanda crece y hoy un departamento de un dormitorio o monoambiente que antes estaba entre los 12 o 13 mil pesos, está por encima de los 20 mil.
Las leyes siempre protegieron al inquilino, lo que se debía buscar era asegurar condiciones de habitacionalidad, propiedades adecuadas, eso hay que priorizar. Nosotros administramos más de 200 propiedades y tenemos todo tipo de situaciones.
¿Cómo se comportan hoy los inversionistas ante esta situación?
Mucha gente se está retirando del negocio. No se logra el retorno esperado y los montos de las propiedades están muy por arriba de la inversión inicial. No se está invirtiendo en propiedades y los que ya tenían unidades se están deshaciendo de ellas porque no es negocio.
La cartera de clientes va según la economía y al ser tan mala comienza a decrecer, pero siempre hay gente que está interesada en invertir. Lo que se busca es previsibilidad que es lo que no tenemos.
¿Es un buen momento para vender?
Hay que tener en cuenta que el ladrillo es la mejor inversión. Nuestro país tiene ciclos que hacen que la rentabilidad caiga a su nivel más bajo pero luego se va recuperando. Cuando tocamos fondo después todo se acomoda, esa es mi experiencia en estos 30 años. Y siempre invertir en tierra o ladrillos es bueno.
¿Cómo se elige un buen lote?
La gente en su gran mayoría busca resguardar sus ahorros en la tierra o los ladrillos. De acuerdo a cada poder adquisitivo se avanza para tener la casa propia, en base a eso se elige ubicación, tamaño, hay distintas propuestas.
En medio de la pandemia la gente buscó resguardar sus ahorros por el gran movimiento de la economía y la suba del dólar, se vendió. Hoy está todo parado, no hay previsibilidad, es muy difícil. Incluso para iniciar un proyecto nosotros analizamos muy bien todos los factores, para siempre cumplir con el cliente.
¿Cómo es desarrollar loteos en municipios del interior?
En nuestro caso en Metán tuvimos muy buena aceptación de nuestros dos loteos. Las autoridades municipales acompañaron la propuesta. Hace años también en Cachi desarrollamos una propuesta, esta sigue siendo una muy buena zona para crecer.
En lo que respecta a Salta, lamentablemente es distinto. Hoy tenemos dos loteos ya consolidados con familias que viven hace 6 años y no podemos concretar la entrega de matrícula por la burocracia del sistema. Esto es también un perjuicio para el Estado mismo, que podría cobrar impuestos y por burocracia no se logra.
Con todo este panorama de incertidumbre, ¿qué lo motiva a seguir en este sector?
A uno sobre todo le gusta lo que hace, a pesar de las trabas es gratificante ver la felicidad en la gente cuando logra comprarse un terreno y luego edificar. Te diría que es algo que uno lleva en la sangre.
Trabajo en equipo con CADISAL
Con su vasta experiencia, la incorporación de Eduardo Cabrera a la Cámara de Desarrolladores Inmobiliarios de Salta, permite seguir sumando voluntades para promover la seriedad y profesionalismo en el sector. También la vinculación con los organismos del Estado a fin de desarrollar proyectos que impulsen el crecimiento integral de nuestra provincia.
“Me uní a CADISAL porque vi que están trabajando muy bien. El Estado debería consultar a los desarrolladores, se debería proponer un trabajo más dinámico y ágil. Esto beneficiaría a quién compra y al Estado en sí. Aportar ideas para lograr cambios es clave y por eso hay que mantener un diálogo constante”, finalizó.