Transcurren los últimos días de las vacaciones de invierno en los principales mercados emisores del país, y se acerca el tiempo del balance. Los números oficiales de Salta serán presentados hoy a las 11.30 en el Museo de la Vid y el Vino, en Cafayate, por el gobernador Juan Manuel Urtubey y el ministro de Cultura y Turismo Mariano Ovejero. Pero hasta entonces, el atractivo que ya admitió que registró una excelente temporada invernal es el Tren a las Nubes, que en cada una de las cuatro salidas semanales que se programaron para el mes julio tuvo su capacidad colmada al 100%.
“Estamos muy contentos con los resultados que tenemos en estas vacaciones”, dijo el presidente del Tren a las Nubes, Diego Valdecantos. En este sentido informó que los turistas nacionales fueron los que más eligieron el paseo durante estas vacaciones, destacándose los provenientes de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
La nota destacada la dieron los salteños, que también eligieron el Tren a las Nubes durante sus vacaciones. En ese sentido, Valdecantos resaltó que durante las dos primeras semanas de julio, el 40% de los pasajeros fueron salteños.
Cabe recordar que el circuito del Tren a las Nubes inicia en la ciudad de Salta, con salida en vehículo, pasando por las localidades Campo Quijano y Gobernador Solá hasta llegar a El Alfarcito, donde se comparte un desayuno campestre. En este paraje funciona un centro operativo de la Fundación Alfarcito, cuyo trabajo incluye a 25 comunidades de la zona.
El trayecto continúa por la Quebrada de las Cuevas y la llanura de Muñano hasta llegar a San Antonio de los Cobres. En la localidad cabecera del departamento Los Andes, el contingente se embarca al Tren a las Nubes para llegar al viaducto La Polvorilla, a 4.200 metros sobre el nivel del mar. Luego, los visitantes regresan a la ciudad de Salta en ómnibus desde San Antonio de los Cobres.
Durante el regreso se realiza una última parada en Santa Rosa de Tastil, área de influencia del Qhapaq Ñan (Camino del Inca) en la Provincia de Salta, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y centro administrativo de la Quebrada del Toro. Allí los pasajeros disfrutan del Museo de Sitio, y pueden adquirir artesanías y productos locales en el Centro de Artesanos de la comunidad.