La fiebre del pollo frito llegó al centro salteño. Chicken Chill, la franquicia nacida bajo el ala de Kentucky, abrió su primer local en Florida 62 y promete conquistar a los fanáticos del fast food con su receta crujiente, fresca y sin conservantes.
“Es el verdadero sabor del pollo, hecho para comer con las manos”, asegura Luciana de Pasternín, responsable de franquicias de la marca. Cada pieza se marina y se prepara al momento, con la consigna de mantener el espíritu casero en un formato moderno y accesible.
Con un equipo de 12 personas locales, Chicken Chill apuesta a combinar disfrute y oportunidades laborales. En su carta abundan las alitas, patitas y sándwiches de pollo, además del infaltable bowl de pollo, el favorito de la casa.
Esta apertura forma parte del plan de expansión nacional de la marca, que busca competir con las grandes cadenas internacionales sin perder su impronta local. “Salta era una plaza pendiente —cuenta De Pasternín—. Teníamos muchas ganas de estar acá, en el corazón de la ciudad”.
Así, el auténtico sabor del pollo frito ya tiene acento salteño.