El análisis que hacen en Salta los referentes de los diferentes sectores sobre el escenario actual coincide en el desaliento que provoca la crisis política – económica. Los desalienta la falta de medidas que corrijan el rumbo y que los dejen seguir produciendo sin tanto sobresalto. La salida intempestiva de Martín Guzmán del Ministerio de Economía nacional y la apresurada llegada de Silvina Batakis profundizaron la incertidumbre y la desazón de la gente que sin dudarlo salió a comprar dólares y a abastecerse de productos de primera necesidad.
El dólar no encuentra techo en su escalada, el peso se sigue devaluando, muchos comercios suspendieron ventas o cerraron las puertas ante la duda de reponer stock, los proveedores no mandan listados de precios, las entregas están frenadas y las remarcaciones, a la orden del día. A pocos días de conocer el índice de inflación de junio, las consultoras se anticiparon a vaticinar un aumento del 10% para los de julio.
IN Salta consultó al especialista en finanzas Álvaro Pérez, director de Finex, y a la vicepresidenta de la Cámara Pymes de Salta, Belén Oviedo. Él no cree que la nueva ministra vaya a hacer cambios en el rumbo económico a pesar de que la inflación es el principal inconveniente para el crecimiento; ella prefiere conservar el optimismo. El lunes, el ministro de Economía de la Provincia, Roberto Dib Ashur, pidió cautela y evitar sentencias apresuradas.
Pérez analizó que en términos de la economía doméstica esta nueva gestión “será más de lo mismo porque la inflación no será una prioridad en la agenda del Gobierno, cuando es el principal flagelo de la economía de la sociedad. Ahí está la verdadera grieta”, advirtió.
Con respecto al valor del dólar, observó que “estamos en una dinámica de inflación y el dólar no va a bajar. Lo que nadie va a pronosticar es la velocidad con la que va a aumentar porque hay también una gran diferencia entre el dólar oficial y el dólar libre, esto es efecto de los desajustes de la macroeconomía”, sentenció.
El diagnóstico de Pérez no es alentador y, según dijo, a la inflación “la corregirá la política o cuando la realidad la supere”. Sin embargo, aclaró que el escenario que vivió el país en 2001 no es parecido al actual. “Si bien hay similitudes, aquel año nos encontró en la salida de la convertibilidad del 1 a 1. Esa ficción generó corridas cambiarias pero los bancos han aprendido la lección y hoy la Argentina es un país muy poco endeudado en dólares”.
Una situación que ya venía complicada
Las pequeñas y medianas empresas miran azoradas los últimos movimientos del dólar, ya que muchos de sus insumos deben abonarlos a ese valor.
Oviedo, dueña de Dentis y referente del sector, dijo que los empresarios “somos conscientes de que para salir adelante nos tiene que ir bien a todos. Los que apostamos a este país generamos el 90% del trabajo genuino pero hay muchas medidas que nos exceden. La situación ya estaba complicada por las últimas restricciones del Banco Central”, dijo.
“Las perspectivas con este escenario no son alentadoras, pero no podemos permitirnos el pesimismo y como deseo esperamos que la ministra Batakis pueda generar un plan para remontar esta situación. Necesitamos todos que le vaya bien y la vamos a acompañar”, anticipó.