Para las hermanas Luján (hoy profesora de piano) y María del Mar Sodero (organizadora de eventos) junto a su prima Valeria, ese lugar siempre fue “la casa de los pájaros”. Por las derruidas veredas pasaban todos los días con la esperanza de que, por algún eventual hecho mítico, las invitaran a tomar un té con galletitas bajo los árboles. Pero sobre todo, ellas querían ver los pájaros. Había cientos, miles, “acaso anidaban allí todos los pájaros del mundo”, se preguntan hoy.
Son los mismos pájaros que a las 16 en punto empiezan su concierto particular y exclusivo para Valeria y media docena de parroquianas que se juntan a tomar el té.
“Los tuve que grabar porque es increíble, siempre me reciben cantando. Sé que no son los mismos pájaros de esa maravillosa pajarera, pero estos son libres, son silvestres y vienen a traernos su canto”, comenta conmovida esta emprendedora a IN Salta.
En la sala dos hermanitos pequeños pelean y compiten por tomar los libros más coloridos mientras sus padres miran con timidez a la dueña. Desconocen que Vale ama la libertad y que celebra cada locura de los niños que visitan la casa fabulosa.
Es que, entrar a ella es entrar al universo de las 200 Leguas de Viaje Submarino, de Julio Verne, o al castillo donde vivía la princesa cautiva, pero que ahora ya no espera más al príncipe, se convirtió en zoóloga y hasta admite que “se tira pedos”. El calabozo y el bosque encantado de todos los cuentos de nuestra infancia están ahí en un escenario que invita a todos a tomar café, a soñar y a leer.
Hoy, comenta Valeria, cinco personas están a cargo de las tareas generales de los talleres y el café bar, que pronto abrirá su propio espacio, y un gran plantel docente se prepara para iniciar las instrucciones a niños y adultos.
Hay otro grupo de emprendedores que trabaja de forma indirecta en la ambientación de las aulas, gráfica e impresión, y mantenimiento de los equipos musicales.
El tiempo les dio revancha y de grandes, la casa de los pájaros las recibe. Encontraron un espacio lleno de potencial y de energía. Lo reconstruyeron y le dieron el significado que para ellas siempre tuvo: un punto donde conviven la música y la literatura. Lo nombraron Appassionata, -en honor a la sonata de Beethoven- conservatorio para niños, adolescentes y adultos; librería de volúmenes ilustrados; y café literario. Un espacio que quieren compartir con todos.
Appassionata te espera en Santiago del Estero 915 y las inscripciones están siempre abiertas.