No lo tenían muy claro al principio, y como muchas cosas buenas, todo comenzó como un juego. “En realidad, hasta hoy lo tomamos como un hobby, teníamos ganas de fabricar algo pero no sabíamos exactamente qué, y nos encontramos con este rubro de confección en madera y MDF que no tiene techo, porque la imaginación no se termina. También agregamos acrílicos, vidrios y pronto, incorporaremos trabajos en chapas, aceros”, comentó Javier.
Uno de los socios es comerciante, del rubro de caramelería y regalería; el otro es empleado estatal. A ambos los une un lazo familiar en el que fundan su confianza. Esta es la base para poder desarrollar su empresa, “es fundamental poder dejar todo en manos del otro y saber que cuando uno vuelve, todo está bien”, rescató Mariano.
Ellos recuerdan con exactitud el día en que empezaron, ese día en el que llegó la maquinaria desde Buenos Aires, los técnicos les explicaron el funcionamiento y también los límites de esa herramienta. El resto, la magia, fue de ellos. Hoy están tan conformes con los resultados, que cuando los clientes les piden fabricar 10 unidades, ellos hacen 20 para quedarse con algunos productos.
Cuando muestran lo que hacen el despliegue es impresionante. Desde cajas hasta adornos, todos desbordan de talento y pasión.
“Para nosotros, la principal satisfacción es ver la cara de las personas cuando reciben un trabajo bien hecho, que pagan a buen precio y que les permite imaginar cómo intervenirlos. Es que esto significa haber recorrido la mitad del camino para nuestros productos, luego cada uno le agrega cosas, los pinta, les pone su propio estilo”, detallan.
Estos emprendedores audaces se animan a todo: desde objetos religiosos para decorar la casa hasta un candy bar para un evento, Artemanía Salta es el lugar indicado para concretar ese pedido. Estos jóvenes aman los desafíos y que no le temen “a los encargos difíciles”.
Artemanía Salta en San Luis 298 y en facebook se los ubica como Artemanía Salta.