Son las 9.30 de la mañana y los chicos están en plena jornada. Ya izaron la bandera. Lo hicieron en ronda, no en filas y quienes pasaron quizá no sean los mejores promedios.
“Pasan porque se esforzaron mucho, porque son buenos compañeros, porque tuvieron un logro y se lo reconocemos”, nos comenta la ideadora de este concepto, Viviana Figueroa.
Luego ingresarán a los talleres de arte (pueden elegir a cuál ingresar, no están obligados a cursar las distintas disciplinas) lo que ocupará media jornada y luego, la parte “más formal” de contenidos básicos. No los van a aprender por separado, lo harán de forma viviencial y aplicada “porque la vida es así, no es un momento de Matemáticas, otro de Lenguas y otro de Ciencias”, reflexiona Viviana con absoluta razón.
Recorremos las instalaciones, y los niños corren a los brazos de Viviana, ella se deja abrazar, frena su paso y responde con más cariño. Espontáneos, libres, como ella los soñó.
Los inicios
Escuela TAI inició en el 2008 con un Taller de Arte para niños a cargo de Viviana, profesora de Nivel Inicial y profesora de Artes Visuales. Los pequeños adquirían sus primeras herramientas de expresión en los talleres y lo disfrutaban. La semilla estaba sembrada.
“Me empecé a cuestionar por qué los chicos no podían disfrutar de la escuela y sí lo hacían en un espacio de arte. Empecé a estudiar las pedagogías alternativas, con una amiga que hoy es directora de Nivel Inicial. Nos dimos cuenta que la educación desde lo tradicional no estaba funcionando y le pusimos de nombre NINDEP, (Núcleo de Investigación Pedagógica)”, recuerda.
Esa investigación primaria les dio las bases pedagógicas que manejan hoy. Participaron su hija Rocío (que estudiaba Inglés, pero que se volcó a la psicopedagogía) y su hermana, también profesora de Nivel Inicial.
En el 2011 se aventuraron con un Jardín Maternal enfocado desde el arte. Fue tal el impacto que tuvo en las familias que no tardó en poblarse. Los niños fueron creciendo y los padres le pidieron la creación del Jardín de Infantes.
“Armamos en proyecto y lo presentamos en el Ministerio y quiero destacar la asistencia de la licenciada Silvia Romano quien fue la primera persona que generosamente nos asistió y nos dio la posibilidad de armar esto, nos dio todo su apoyo. Pensar que cuando uno habla de burocracia es papeles y no humanidad. Ella le puso humanidad”, destaca.
En el año 2016 les habilitaron el Nivel Inicial y los padres les preguntaban ya por la Primaria.
El proyecto se armó, surgen los ajustes sin perder la identidad pedagógica y en 2017 ya se habilitó el nivel primario.
El modelo
Salta tiene una particularidad social y cultural que nos lleva a veces a no seguir caminos que uno quiere y esto se ve también en la educación tradicional. Sin embargo, la raíz pedagógica de TAI surge de las nuevas corrientes del S XX, Montessori, de Reggio Emilia y Waldorf y de otras corrientes pedagógicas latinoamericanas como Pablo Freire, alternativas en lo que lo primero que se piensa es en el bienestar del niño, el respeto por el proceso de aprendizaje de cada persona.
Dejando Huellas
El sueño de Viviana se potencia y deja huellas y ya tiene asegurada su continuidad con la segunda generación familiar.
Ana Mendieta es la más pequeña, empezó a colaborar con su mamá cuando se lo permitía la Facultad. Ella estudiaba Psicología, pero el contacto con la identidad TAI la hizo girar hacia la psicopedagogía, que hoy ejerce en la Escuela TAI a tiempo completo. “Ver a mi mamá me cambió la forma de pensar y ver las cosas”, reconoce.
Rocío Mendieta hizo el profesorado de Inglés, pero también hizo un giro a la educación alternativa. También es psicopedagoga.
“Todo lo que voy aprendiendo trato de modificarlo y aplicarlo acá, trato de ser un nexo entre los chicos que pasan del nivel inicial a la primaria”, nos cuenta.
Santiago Cisneros es pareja de Ana. Trabajaba en YPF cuando fue convocado por su suegro Luis para trabajar en el colegio y sumarse al proyecto familiar desde el área de Administración.
“Fue un cambio radical, de manera de pensar, de ver la libertad que tienen los chicos, lo que no tienen los otros colegios”, comparó.
A propósito, su ñiño ya es alumno de la Escuela TAI.
Fernando Mendieta es músico y la más reciente incorporación al staff. Desde el año pasado abrazó la docencia, lo cual era impensable para su esencia bohemia.
“Tuve miedo de dar clases, pero resultó que encajo justo en este proyecto desestructurado. Enseñarles a los chicos es como un juego divertido”, sostuvo.
Su disciplina es una de las bases del sistema y una de las primeras materias que se dicta en la jornada.
Haciendo lo mejor
A Luis Mendieta le toca la “engorrosa” tarea de la administración. Antes, diremos que él era un trabajador del SAMEC en donde ejercía un cargo, pero lo dejó para sumarse al proyecto de Viviana.
“Acá la prioridad son los chicos, trabajamos por ellos y para ellos. Recibimos mucha ayuda de las familias. Cuando se los necesita para algún evento están siempre y es una forma de retribuir”.
En el Núcleo de Investigación “se trabaja con objetivos claros, hay que desarrollar pedagogía y material para avanzar en la capacitación de los docentes. Se está trabajando mucho con la idea de facilitar a los docentes esta nueva forma de enseñanza”
El sueño es consolidar la escuela en todos sus niveles. Inicial Primario y Secundario y apuntar al centro de formación docente.
Sabe que no son tiempos fáciles, pero los Figueroa Mendieta son especialistas en sortear obstáculos con creatividad.
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