En una disertación que tuvo al frente al economista Cristian Cancela, referente del Banco Santander; el especialista analizó el panorama económico argentino en el marco del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). A través de un enfoque integral, abordó las principales variables que definen el rumbo del país: inflación, tipo de cambio, gasto público y comportamiento del consumidor, así como los desafíos regionales y las oportunidades de inversión.
El Banco Central de la República Argentina logró comprar US$ 2 mil millones, un dato que, para el especialista “genera cierto alivio”. Sin embargo, advirtió que “la estabilidad cambiaria continúa siendo frágil”. Según Cancela, el sistema de bandas cambiarias implica que, si el dólar se mueve dentro del rango establecido, no se interviene; pero si alcanza alguno de los límites, se activa la intervención oficial. Hoy, todos los operadores transaccionan al mismo precio, lo que representa un logro en materia de expectativas.
Sin embargo, el mercado sigue proyectando un dólar a $ 1200 en el futuro, lo que revela un sentimiento de desconfianza. “La unificación cambiaria es una mejora técnica, pero las expectativas siguen marcadas por la incertidumbre política y económica”, advirtió Cancela.
Gasto público y un cambio estructural pendiente
El gasto público sigue siendo uno de los principales puntos críticos de la gestión. Gran parte del presupuesto se destina al pago de salarios e intereses, reduciendo el margen para inversiones en infraestructura, innovación o educación. A esto se suma un cambio demográfico preocupante: la base de la pirámide poblacional se achica, afectando el sistema de seguridad social y el mercado laboral.
“El Estado está sobredimensionado en algunos aspectos, pero subinversionado en otros estratégicos”, afirmó Cancela, señalando la necesidad de una revisión estructural del modelo económico.
Agro, energía y tecnología: sectores a observar
El sector agroexportador sigue siendo fundamental: el 47% de la cosecha de maíz y soja se destina al mercado externo, representando una fuente vital de divisas. En paralelo, la energía —tanto convencional como renovable— se presenta como un área con fuerte potencial de desarrollo e inversión.
La tecnología, aunque en expansión, enfrenta desafíos vinculados a la falta de herramientas y financiación. Las empresas del sector han crecido, pero sin los medios necesarios para adaptarse al nuevo contexto.
Cancela también trazó un paralelismo con Paraguay, país que, según dijo, “posee un modelo único en la región, con incentivos fiscales, estabilidad macroeconómica y oportunidades en energía e industria”. Señaló que, pese a la dependencia energética, existen importantes posibilidades en energías renovables y mejoras en infraestructura.
Además, destacó el déficit en inversión educativa y empresarial como un área de oportunidad tanto para actores públicos como privados.
Elecciones y escenarios posibles
El escenario político de cara a las elecciones de 2025 será determinante. Un cambio de lineamientos (por respaldo o bien, por rechazo del electorado al presente modelo económico) podría redefinir el marco económico. Cancela planteó dos posibles caminos: un modelo de apertura y racionalización del gasto, o uno de mayor intervención y emisión.
“Comprender el nuevo modelo económico es clave para desarrollar estrategias viables a futuro”, concluyó.
La economía argentina transita un momento bisagra. Las señales positivas conviven con alertas estructurales. En este contexto, la planificación estratégica, la diversificación y el seguimiento de variables clave como tipo de cambio, gasto público y tendencias regionales, serán esenciales para quienes buscan oportunidades de inversión o sostenibilidad empresarial.
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