No es fácil contar la historia de Néstor Bartz, sin empezar por su padre: Carlos Bassani, un argentino que llegó a Alemania en 1971 casi por un azar del destino, sin siquiera hablar alemán pero decidido a abrirse camino con la determinación, carácter y carisma que fueron sin duda heredados por el chef, alemán de nacimiento pero bien salteño de corazón.
Nacido en Berlín, Alemania, en el año 1981, Néstor creció en medio del emprendimiento que su padre forjó desde abajo, una Parrilla Argentina que se volvió la favorita de muchos alemanes: El Rancho Steakhaus. Algunos de los comensales viajaban más de 300 km. hasta Münster, la ciudad del oeste de Alemania, desde la cual se degustaban las carnes argentinas que Carlos preparaba con el acento argentino y una fórmula muy exigente en cuanto a servicio y calidad de la materia prima.
Así fue como Néstor creció respirando al amor por la cocina y el buen servicio gastronómico del emprendimiento que su padre llevó adelante por casi 40 años y con gran éxito.
Era cosa regular que cada año Néstor y su familia visitaran la Argentina en vacaciones, y de ahí empezó su amor por Salta.
Luego de finalizada la secundaria, Néstor inició la carrera gastronómica, obteniendo grado de cocinero y camarero profesional. Empezó casi inmediatamente su experiencia laboral y hacía cuanto curso de perfeccionamiento pudiera. Trabajó en los restaurantes de algunos de los hoteles 5 estrellas más importantes de Europa, como el Ritz de Berlín y el Arts de Barcelona. Recibió el duro entrenamiento de lugares con un alto estándar y la demanda de la constante perfección en cada proceso. Hizo amigos de todo el mundo con esta experiencia, pero su corazón seguía proponiendo la Argentina como su desafío final.
Así fue como Néstor llegó en el 2012 a nuestro país y fundó su “Bartz Tapas Mundiales”, en Salta. Se trataba de un concepto gourmet que traía lo mejor de los platos internacionales reversionados de manera brillante y original por el chef.
Su primer restaurant estaba ubicado en calle Santiago del Estero entre Balcarce y Mitre, luego se mudó a la calle Leguizamón y finalmente, a Junín 588, bastante retirado del circuito gastronómico regular, cosa que no impidió que su clientela fiel lo siguiera adonde fuera.
Era muy común que Néstor saliera a hablar con sus clientes para escuchar personalmente sus opiniones porque siempre estaba en la búsqueda constante de mejorar. Así fue que en 2019 diseñó una serie de cenas temáticas para cortar la semana, con platos de diferentes partes del mismo, porque su propuesta siempre fue llevar de paseo a sus clientes con sabores de todo el mundo.
Enero de 2019 fue la primera vez en 7 años que decidió tomar un respiro e interrumpir la actividad de su Restaurant para rediseñar el concepto y sobre todo volver a respirar, porque como a todo gastronómico se le hacía muy difícil continuar con la constante inflación y los pocos márgenes de ganancia, pero aún así, decidido a seguir con su sueño. Decidió visitar su Alemania natal, a reencontrarse con su madre y su familia por unos meses pero el destino decidió que esa fuera su última parada. Néstor falleció el 28 de marzo, súbitamente y dejando muchos proyectos por concluir.
Sin posibilidad de reunirse con él para el último adiós por las restricciones a los viajes y la cuarentena, su padre Carlos encontró consuelo en “tomar la posta” de los sueños de su hijo y decidió continuar con el desarrollo de los planes de Néstor.
Inició las obras de remodelación del Restaurant y la creación de una Fundación dedicada a la capacitación de amantes de la gastronomía en sus artes, idiomas y más, junto a amigos de Néstor, que fueron inspirados por la pasión de un gran emprendedor que hoy continúa presente más que nunca, más allá de su desaparición física.
La reinauguración de “Los Amigos de Bartz”, que es el nombre de esta nueva versión del restaurant de Néstor, está prevista para el 28 de agosto de 2020 y propone una cena de 4 pasos, con los platos más queridos por su clientes.
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