A Gabriela Rivera Bono y a su amiga Adriana Alegre las sorprendió la pandemia en un emprendimiento de venta de carteras. Producto suntuoso y casi inusable en un confinamiento obligado, se vieron obligadas a buscar otro rumbo.
“Vendía carteras de cuero, pero cuando inició la pandemia se hizo difícil vender. Empezaron a subir los precios y las ventas a bajar. En paralelo, veía como la ropa en línea se vendía mejor”, recordó Gabriela en diálogo con IN Salta.
“Con Adriana nos dimos a la tarea de buscar marcas conocidas, con productos de buena calidad y así llegamos a Aquachiare, una marca que supo hacer pie en Salta, pero dejó de venderse”, comentó.
“Fue ardua la negociación con los dueños, ya que no lo destinan a la venta doméstica, sino al rubro comercial. Sin embargo, se convencieron y trajimos la marca a Salta”, celebró.
“Mi amiga se fue a vivir a España y yo conseguí trabajo, por lo cual la llegada a Almacén Emprendedor nos abrió las puertas a nuevos canales de ventas que de otra forma no podría sostener”, reconoció.
“A uno, que es adulto, le gusta vestirse bien, con ropa no te diría cara, pero sí que sea buena y que se note. Eso encontramos en Aquachiare y es lo que usan mis hijos, eso es lo que queremos llevar a la niñez salteña”, concluyó.
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