Ubicada en la localidad de Colonia Santa Rosa (Salta), cerca de Orán y del límite con la provincia de Jujuy, la Chacra Experimental Agrícola San Rosa, realiza investigación aplicada para producir nuevas y mejores variedades de caña de azúcar que acompañan e impulsan la competitividad de la actividad sucroalcoholera, la primera industria pesada que tuvo la Argentina.
En 1951, los ingenios Ledesma, Tabacal (hoy Seaboard), La Esperanza, Río Grande y San Isidro crearon la Chacra Santa Rosa con el objetivo de investigar y desarrollar las variedades de caña de azúcar del Noroeste argentino.
La Chacra, que antes de fin de 2021 llegará a tener 40 profesionales y en 2018 incorporó una sede en la ciudad de Salta, es la primera y única institución privada de investigación aplicada y desarrollo de la caña de azúcar, financiada a través del aporte de sus socios, que en la actualidad son Ledesma, Seaboard y Río Grande. Ha cosechado reconocimiento nacional e internacional por su trabajo de alto valor científico y sus resultados en la producción industrial.
Gracias al trabajo de la Chacra, y a las constantes inversiones de ingenios y productores cañeros, la producción de azúcar por hectárea cosechada de caña en Salta y Jujuy se encuentra en los niveles más altos del mundo. Esta ventaja asegura la optimización en el uso de la tierra y el agua, y permitió importantes avances en el desarrollo de los combustibles renovables a través del bioetanol de caña.
Ya en 1965, la Chacra creó la variedad NA56-79, posiblemente la variedad más cultivada en el mundo y sin dudas en Brasil, que es el primer productor mundial de caña de azúcar. De allí en adelante se sucedieron distintos hitos en el mejoramiento de la caña, como por ejemplo en 1996, con el inicio de un proyecto destinado a obtener la primera caña de azúcar genéticamente modificada con biotecnología, lo que se produjo en 2003. En todos ellos, la Chacra mantuvo la sostenibilidad ambiental, social y económica como marco necesario de gestión.
En sus primeros años, la Chacra tuvo como director al ingeniero Roberto Fernández de Ullivarri, quien además había elegido los terrenos donde funcionaría. Entre 1956 y 1975, el director de la Chacra fue Fanor Guillermo López. Ullivarri volvió a asumir el cargo hasta 1985, año en el que lo sucedió su hijo Ricardo, que dirigió la institución hasta 2015, cuando lo siguió Germán Serino, actual director.
A través de la ciencia aplicada, la Chacra desarrolla variedades de caña con atributos como la resistencia a enfermedades y plagas, y la aptitud para la cosecha mecanizada. Para ello, sus técnicos aplican tecnología de última generación y conocimientos en biotecnología molecular vegetal, que se encauzan agronómicamente a través de la ingeniería genética.
Hoy, la Chacra encara una nueva etapa con una estructura organizada de investigación aplicada sobre patologías, cruzamiento y biotecnología, siempre con el objetivo de lograr la innovación genética en caña de azúcar para el futuro.