Cada año, el Centro de Jubilados y Pensionados Azufreros Unidos y la Asociación Juvenil Comunitaria organizan un viaje que tiene más de homenaje que de excursión: familiares de exresidentes de Mina La Casualidad emprenden una travesía por la Puna salteña para reencontrarse con su historia, reconstruir la memoria colectiva y mantener viva la identidad de una comunidad forjada en uno de los parajes más inhóspitos de la provincia.
Este 2025, esa tradición tendrá un capítulo especial. Gracias a un convenio firmado entre la Secretaría de Minería y Energía, el Centro de Azufreros y la empresa La Veloz del Norte, el traslado de ida y vuelta será totalmente gratuito. La empresa pondrá a disposición un colectivo de última generación, un aporte que llega en el año del 25º aniversario del Centro y que fue recibido con enorme emoción por quienes participan del viaje.
El acuerdo se selló en la sede de la Secretaría de Minería, en un encuentro del que participaron su titular, Romina Sassarini; Nora Gallegos y Nancy Acebo por el Centro de Azufreros; y por La Veloz del Norte, el gerente general Laureano Brown, el gerente de Nuevos Negocios Ezequiel Aguilar y la responsable de Relaciones Institucionales Tatiana Quiroga.
Durante la ceremonia, los representantes del Centro destacaron el significado humano del viaje y la dificultad que implica realizarlo cada año debido a la distancia, la altura y los costos logísticos. Sassarini recordó que la inquietud surgió en una reunión previa, cuando el grupo planteó el esfuerzo económico que representaba este traslado. “Recurrimos a empresas que brindan servicios al sector minero, y la primera en responder fue La Veloz del Norte. Gracias a su predisposición pudimos formalizar esta colaboración”, señaló.
Desde la empresa afirmaron que acompañar esta iniciativa es “un honor” y remarcaron que se trata de una acción que trasciende lo institucional: “Es nuestra manera de apoyar a instituciones que trabajan por el desarrollo humano y sostenible de las comunidades”, expresaron.
El viaje a Mina La Casualidad no solo permite que hijos, nietos y exresidentes regresen a un territorio que marcó sus historias; también demuestra el valor de la articulación entre el sector privado, el Estado y organizaciones comunitarias. Un gesto que, en este caso, convierte un deseo colectivo en una posibilidad concreta y profundamente significativa.