“Andes Líneas Aéreas informa que nuestra empresa reiniciará las operaciones dentro de los próximos 60 días”, se anunció en las redes sociales de la empresa, agradeciendo además este proceso de reconversión que los ubica de nuevo en los cielos argentinos.
Este proceso tiene un nuevo puntapié con la llegada de su Boeing 737-800, de 11 años de antigüedad y 189 asientos en clase única. La aeronave es similar a las que utilizó la aérea en el pasado para brindar servicios.
"Durante la pandemia y hasta la fecha, hemos trabajado para poder conseguir la llegada de nuestro primer avión B-737-800. Agradecemos a las autoridades nacionales, a los representantes sindicales, a todo nuestro personal, a la autoridad de aplicación (ANAC) y al sector aerocomercial nacional, por el apoyo brindado y por acompañarnos en este proceso de reconversión y relanzamiento de la compañía", agrega la comunicación oficial de Andes.
Raíces salteñas
La empresa nació en 2006 como una alternativa para suplir la falta de vuelos entre Buenos Aires y Salta. Desde entonces Andes experimentó un crecimiento lento y cinco años más tarde ya transportaba 1 millón de pasajeros.
El salto que pegó el dólar entre 2013 y 2015 y los controles de cambio atentaron contra el negocios. Hacia mediados de 2015, la situación empezó a revertirse.
Con el cambio de gobierno y la mayor apertura del mercado aerocomercial, ingresó en una segunda etapa de expansión y en 2018 alcanzó un pico de 1,2 millones.
Sin embargo, la corrida cambiaria de mediados de ese año pegó de lleno en su capacidad financiera para afrontar los leasings en dólares, lo cual, sumado a la llegada de las low-cost.
Así, su red quedó reducida a Buenos Aires, Salta, Bariloche, Comodoro Rivadavia, Puerto Madryn y Mendoza, mientras que su flota operativa antes de la suspensión de sus operaciones a finales de 2019 variaba entre una o dos aeronaves.