Los 43 empleados de la sucursal Salta de la cadena de supermercados tucumana Emilio Luque se manifestaron durante la mañana de ayer en las instalaciones de la sucursal local de Orán al 1.100, horas antes de una audiencia que fue más que nada una formalidad, pues la empresa está legalmente impedida para accionar.
En Tucumán los empleados fueron despedidos y aún luchan por el cobro completo de sus indemnizaciones. Pero en Salta, la realidad es otra por una promesa de la patronal sobre una incipiente venta y cambio de dueños. Lo que les ofrecieron a los empleados es resistir con las ventas propias hasta que ese momento se concrete o la Justicia descongele las cuentas de Emilio Luque y pueda disponer de ese efectivo.
La incertidumbre de los empleados se acrecienta porque la empresa no cierra oficialmente sus puertas, pero de a poco fue despidiendo a los empleados menos esenciales como repositores y personal de seguridad. El resto permaneció trabajando mediante este acuerdo, pero el último camión con mercadería ingresó en el mes de mayo, por lo cual el stock se les agotó.
A cinco meses de esa promesa, a los empleados que quedan se les adeuda parte del mes de agosto, todo el mes de setiembre y pronto el mes de octubre. El desabastecimiento agrava particularmente la situación de los empleados pues muchos sacaban mercadería para consumo propio o para revenderla y recuperar parte de su sueldo.
El secretario gremial de los empleados de comercio, Angel Ortiz, comentó a IN Salta que “la empresa está en una situación de crisis muy profunda desde hace cinco meses cuando la AFIP embargó las cuentas de Emilio Luque, lo que le impidió desde entonces abonar los sueldos”. Ortiz recordó que esto llevó a los empleados a repetidos paros y medidas de fuerza. “En Salta se celebró un convenio para que los sueldos se vayan cubriendo con los ingresos diarios, pero la empresa no cumplió con el abastecimiento y esto llevó a que no haya ventas. Hoy están todos los trabajadores a la deriva”, lamentó.
“Tenemos una audiencia para ver cuál es la postura de la empresa pero sabemos que no habrá nada nuevo, pues al coordinar la convocatoria de acreedores dirá que no puede tomar decisiones mientras no tenga autorización del juez de convocatoria”, advirtió.
Para finalizar, lamentó profundamente que se les falte el respeto de esa manera a los empleados y espera que esta agonía pronto termine de la mejor manera, si hay buena voluntad de parte de Luque.