Un hombre que supo construir relaciones sólidas y amorosas en la provincia, desde la sencillez, con una gran calidez humana. Llegó en 1999, motivado por la posibilidad de asumir el compromiso de brindar el servicio de recolección de residuos en la ciudad de Salta, tal como ya lo venía haciendo en otros municipios del país como Campana, en la provincia de Buenos Aires; o Río Grande y Ushuaia, en Tierra del Fuego.
Un gran conocedor de los negocios y un apasionado de la vida, disfrutaba de viajar tanto como de las reuniones de trabajo a las que, aún con problemas de salud, asistió hasta ayer. Hoy, la empresa ya es conducida por sus hijos Pablo y Darío pero, sin embargo, le gustaba monitorear cada detalle personalmente.
Un hombre de una personalidad encantadora, culto, inquieto, emprendedor y muy generoso.
En Salta, también invirtió en EcoTren, la UTE que se hizo cargo del Tren a las Nubes, durante varios años. Su relanzamiento significó volver a poner a este símbolo del turismo salteño en las principales vidrieras comerciales del mundo, con una versión remozada, moderna y con fuerte impronta salteña.
Se fue y dejó amigos en cada ciudad que conoció. Desde la redacción de IN Salta, saludamos a la familia, nos condolemos en su dolor y rogamos que descanse en paz.