En Salta hay 12.000 pequeñas y medianas empresas en producción, de acuerdo a datos oficiales. A la mayoría, la reactivación le está resultando compleja por los cambios económicos en el país y el escenario internacional.
El sector celebró ayer su día sin muchos festejos, pero sí haciendo un parate para analizar la situación. El presidente de la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Salta. Roberto Hernández, habló del tema con IN Salta.
“La reactivación es compleja en cuanto a cambios en economía, en el mercado, en la exportación, en lo que pasa en el mundo; somos un sector muy vulnerable y no tenemos espalda”, planteó.
“Después de la primera aceleración, que es la que estamos viviendo, nos falta mucho por trabajar para recuperar escenarios previos a 2017 o a 2019 para estar más tranquilos”, dijo marcando una de las situaciones en las que están trabajando.
Para Hernández, el mayor desafío de las empresas del sector es mejorar la matriz productiva para recién plantearse negocios de exportación. "Estamos tratando de compilar herramientas de oportunidades para transmitir a los socios. La nueva realidad de nuestra economía es la minería en primer término y la digitalización de los comercios. También tenemos un gran desafío en sumar calidad en el sector agropecuario, vitivinícola y de producción”, detalló.
La Cámara, que tiene actualmente 180 socios, trabaja en soluciones relacionadas con la automatización de los procesos, robótica y desarrollo digital. "Como representante de Prosalta veo que debemos trabajar en la matriz productiva si queremos mejorar en la exportabilidad de nuestros productos y servicios. Es un desafío interesante y las posibilidades de crecimiento son muchísimas”, aseguró.
Entre las herramientas a la que hizo referencia el dirigente también se encuentran las gestiones por financiamiento que hacen ante la Nación y el Gobierno de la Provincia.
Hernández también fue directivo de la gestión anterior y de ese período destacó "la obra magnífica de sostenimiento y comunicación en un escenario desfavorable, con hotelería en un estado crítico, con un turismo muerto, con una economía paralizada, hizo milagros. Fue una etapa que permitió relaciones sociales y posicionamiento de la cámara que duplicó la cantidad de asociados a momentos de prepandemia”, observó.