Mercer, consultora global líder en recursos humanos, realizó una nueva versión del estudio “When Women Thrive” (Cuando las mujeres prosperan), con el asesoramiento de la EDGE Certified Foundation, con el objetivo de investigar sobre la diversidad de género en el mundo.
En esta oportunidad, se centró específicamente en América Latina, dado que en el reporte global del año 2016 las cifras para nuestra región fueron las más alentadoras.
Daniel Nadborny, Leader MCG Latam explica: “En 2017 se actualizaron esas cifras con nuevas fuentes de datos y un grupo mayor y más representativo de empresas. Así, tras recopilar información reciente de más de 50 organizaciones, revisar acuciosamente los documentos y publicaciones académicas de organismos internacionales y entrevistar a 202 empresas de los sectores de servicios, producción y manufactura, información y tecnología, energía y otras, el reporte finalizó entregando recomendaciones a las compañías latinoamericanas a fin de que mejoren sus estrategias de diversidad de género en la región”.
Entre los hechos más destacados que planteó el estudio están los siguientes puntos:
• Los progresos que se habían realizado en cuanto a la participación femenina en el mundo laboral se están estancando y, además, hay un importante número de mujeres que se desempeñan en trabajos informales.
• La baja tasa de participación femenina en el mundo laboral podría afectar negativamente al potencial crecimiento económico de América Latina.
• Las empresas continúan pagando menos a las mujeres que a los hombres, manteniéndose de manera persistente e inexplicable una brecha salarial de género de un 17% en la región.
• A pesar de que en la región un número importante de mujeres ocupan o han ocupado puestos de liderazgo político, la representación femenina en los directorios y equipos ejecutivos de las empresas sigue siendo extremadamente baja.
• A pesar de que el 64% de las compañías entrevistadas afirman estar convencidas de la necesidad de contar con una fuerza laboral más diversa, sólo el 31% ofrece programas a tiempo parcial, 56% ofrece trabajos flexibles (trabajar desde casa o trabajo compartido por ejemplo), 57% ofrece programas de maternidad y 44% de paternidad.
Refiriéndose a este último punto, Daniel Nadborny, señaló: “Nuestra investigación muestra que la mayoría de las compañías latinoamericanas se encuentran dando sus primeros pasos en lo referido a la diversidad de género, pero lo más sorprendente es que aunque el 64% de las organizaciones encuestadas entienden que es un imperativo comercial contar con una fuerza de trabajo más diversa, es un porcentaje muy inferior al mismo las que efectivamente están implementando medidas que les permitan hacer un cambio sostenible”.
Si se revisan las cifras, en el nivel profesional las mujeres representan el 39% de la fuerza laboral, su presencia a nivel gerencial disminuye a un 31%, ocupan solo una cuarta parte de los cargos como altos directivos y un escaso 16% de los puestos ejecutivos.
Indagando en las causas de esta sub representación femenina se comprueba que aunque en Latinoamérica hay más mujeres que hombres con un título universitario son ellos los que dominan en las carreras ligadas al mundo de la Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM).
“Por otra parte, la responsabilidad del cuidado de los niños y/o de las personas mayores en las familias sigue recayendo de manera significativa en el mundo femenino, a lo que hay que agregar que el conocido “machismo” sigue muy presente en la cultura latinoamericana creando barreras visibles e invisibles para las mujeres que aspiran a escalar en el ámbito laboral”, señala Nadborny.
La investigación también concluye que es imperativo para el mundo de los negocios contar con una mayor diversidad de género en las empresas pues, la presencia femenina impacta positivamente, no solamente en la productividad y rentabilidad de una compañía, sino que también contribuye al crecimiento macroeconómico del país.
Por ahora son las firmas multinacionales presentes en América Latina las que lideran en la contratación y promoción de mujeres altamente capacitadas, lo que contribuye a modificar las actitudes y la percepción hacia ellas en el lugar de trabajo.
Estas mismas empresas son las que para retener estos talentos les están otorgando a ellas beneficios tales como una mayor flexibilidad laboral e igualando sus sueldos a los de sus pares masculinos.