La empresa Santiago Sáenz entró en concurso preventivo de acreedores al no haber podido hacer frente a sus obligaciones con bancos y proveedores con quienes mantiene una deuda superior a los 1.110 millones de pesos. No obstante, en la planta la situación se encuentra normalizada. Distintas fuentes consultadas por IN Salta llegaron incluso a desconocer tal proceso, que aparentemente solo se mantendrá a nivel administrativo sin alterar la producción.
Desde el Sindicato de Industrias Químicas y Petroquímicas de Salta informaron que la situación es de calma tras la reunión mantenida con la gerencia la semana anterior. “Los 300 puestos laborales en Salta están asegurados. Nos dijeron que no habrá despidos ni recortes salariales. La producción continúa con normalidad. El proceso solicitado por la parte contable es por obligaciones bancarias, más no guarda relación con la parte productiva”, aclaró Gustavo González, integrante de la Comisión directiva del Sindicato.
Sin embargo, fue cauto a la hora de plantear un escenario futuro y explicó que “ahora están trabajando con proveedores al contado porque ya no tienen crédito. Con este panorama, una falta en la provisión de insumos sí podría significar un freno productivo”, lamentó.
La firma dedicada a la elaboración de productos de limpieza del hogar e higiene personal -y que los salteños conocen por sus marcas más tradicionales como Bora, Borita, Jardín y X5-, no pudo consolidarse tras la adquisición a la multinacional Unilever de La Fármaco, en marzo de 2016.
El detonante para iniciar el concurso preventivo, que busca preservar tanto los intereses de los acreedores como la continuidad operativa de la firma, habría sido la imposibilidad concreta de que la compañía no pueda cumplir con el vencimiento del pago de intereses de una Obligación Negociable (ON) Clase I, prevista para el pasado 6 de abril. De partida, ello implicará que la calificadora de riesgo Fix le bajará la calificación a D a toda la deuda de la empresa.
A diciembre del año pasado, Santiago Sáenz presentaba una deuda total exigible de 1.100 millones de pesos, frente a un patrimonio de casi 223 millones y una caja de 18,6 millones de pesos. Cinco millones de pesos se le adeudarían a un solo transportista que agotó todas las instancias de cobro y al cual se le estaría negando el contacto con la gerencia de la empresa.
A partir de ahora, con el concurso preventivo de acreedores en marcha, será la Justicia la que determine los pasos a seguir para lograr sanear una empresa que, hasta hace muy poco, era un orgullo de los salteños.