Con una barba tan grande como su sonrisa, boinas, gorras y bandanas que caracterizan su particular look, Pablo Sepúlveda se instaló en Salta y se abocó a su emprendimiento. Tenía su plan armado, él quería arreglar calzados y su forma de promocionarse iban a ser los caminos usuales de cartelería, además de un local ubicado en un lugar estratégico en una zona céntrica. Pero la pandemia lo obligó a quedarse en casa. Allí, en un gazebo y en piso de tierra, él empezó a arreglar zapatos. Le quedaba ahora solo la posibilidad de promocionarse en el mundo virtual e Instagram le dio la bienvenida. Hoy lo siguen 5.400 personas y va por más.
“Comencé en marzo del año pasado con la zapatería, pensaba en poner mi local e instalarme pero por la pandemia me vi imposibilitado de hacer eso, es decir de poner un cartel y hacerme conocido así. Instagram me dio esa oportunidad, al principio eran mensajes privados a personas que tal vez podrían estar interesadas en mi trabajo, y luego se fueron sumando”, recordó.
Cuando le consultamos sobre el secreto de su éxito, él lo atribuye a las fotos y procesos que comparte. “En restauración de calzados, todo tiene solución y a la gente le gusta ver eso. Ver cómo se arregla un zapato, compartir conmigo los procesos, además le pongo a todo mucha sonrisa y eso tiene que ver con la forma en que vivo, si puedo ser luz y poner buena onda mientras muestro mi trabajo, ¿por qué no hacerlo?”, reflexionó.
Un oficio familiar
De padres zapateros y con seis hermanos, Pablo siguió la tradición de su familia. “Crecí viendo cómo papá y mis hermanos arreglaban los zapatos, mamá ayudaba y eso era un martilleo diario. Cuando fui adolescente, yo también me involucré en el oficio”, nos contó. Pero no solo él, sino que hoy sus tías tienen locales para el arreglo y la confección de calzados “es de familia, nos gustan los zapatos”, señaló.
A menos de un año de sus inicios, rústicos y sencillos, hoy ya cuenta con un salón instalado y sus seguidores le celebran el crecimiento como un gol.
“Ya tengo un local en el que podré trabajar más. Este año ya cumplí una de mis metas y ahora voy por la segunda: quiero dedicarme a generar empleo buscando personas que quieran aprender el oficio. Sé que no es una tarea fácil porque es un oficio muy particular, pero me entusiasma el desafío”, anticipó.
Un hombre sencillo, con metas claras, una gran vocación de servicio, y un interés genuino en compartir sus saberes. Y todo eso, multiplicado en sus redes.
En Instagram, Pablo está como @zapaterotrescerritos, su nuevo local está en Los Álamos 100 y el whatsapp es 3875630613.