Ante la necesidad de invertir en energías renovables para proyectar un futuro sostenible, el INTA y el INTI, junto a productores agropecuarios, desarrollaron un minucioso estudio sobre el impacto a nivel ambiental de la producción de biocombustibles en origen a través de las pequeñas destilerías MiniDest. La investigación fue presentada en la Jornada sobre la actualidad y futuro de la Bioenergía en Argentina.
Los investigadores relevaron los paquetes tecnológicos utilizados en la producción de maíz, sumado a los valores de las mini destilerías que transforman los granos en etanol, los feedlots que aprovechan la burlanda y los biodigestores que aprovechan los subproductos para producir energía eléctrica y térmica.
Los resultados del informe son alentadores para el sector ya que se comprobó que el bioetanol argentino emite 19,9 gramos de dióxido de carbono equivalente por MegaJoule (19,9 g CO2eq/MJ), 2,5 veces menos que la nafta nacional que es de 69,5 g CO2eq/MJ. A su vez, estos resultados fueron comparados con la normativa vigente en la Unión Europea (83,8 g CO2eq/MJ), la cual es 3,2 veces superior a las emisiones del biocombustible argentino.
Los investigadores demostraron que la diferencia de emisiones a favor de la producción de etanol en origen implica un ahorro de 1,5 millones de toneladas de CO2 que no se emiten a la atmósfera, reduciendo considerablemente el impacto en la huella ambiental. Además, evidenciaron que el etanol local cuadruplica la energía invertida en su producción.
Estos datos permiten posicionar al sistema agroindustrial nacional entre los más altos estándares internacionales, lo que permitirá homologar producciones y certificar la sostenibilidad ambiental para poder comercializar biocombustibles.
El estudio analizó el proceso de las MiniDest, un desarrollo de la empresa cordobesa Porta Hnos, premiado con la medalla de oro Ternium Expoagro a la innovación agroindustrial en 2017. Las pequeñas destilerías son modulares, automáticas y de operación remota, diseñadas para ser instaladas en establecimientos agropecuarios para la producción de etanol de maíz y alimento animal. Funcionan totalmente integradas a los procesos del campo, agregando valor en origen, maximizando el rendimiento del campo, obteniendo energía limpia y alimento animal de la más alta calidad nutricional para la ganadería. En la actualidad se encuentran funcionado seis MiniDest en Argentina y una en Bolivia.
A partir de los resultados de este informe se podrán sentar las bases para certificar internacionalmente, lo que representa una importante oportunidad para el país. Juan Cruz Molina, Director Regional del INTA Córdoba, destacó la importancia del estudio asegurando que “este trabajo nos permite poner en valor el sistema de producción agrícola que utilizamos en la Argentina, basado en la implementación de las buenas prácticas agropecuarias y el agregado de valor en origen”.