Los sectores de IT (Tecnología de la Información) fueron los protagonistas los últimos años, particularmente desde que inició la pandemia. Y en sintonía, las historias de jóvenes exitosos se convirtieron en noticia.
De acuerdo con la Cámara de la Industria Argentina del Software (CESSI), alrededor de 5.000 posiciones quedan sin cubrir cada año en el sector y el número puede ascender a 15.000 si se toma en cuenta la demanda insatisfecha en otras industrias. Es que no solo las empresas de tecnología pelean por el talento, sino también firmas de todos los rubros que optaron por desarrollar sus propios departamentos de IT.
Diego Ortega, vicepresidente de Pullmen, explica que la educación argentina se destaca por estar varios años detrás de las demandas mundiales. “La tecnología es un área en constante evolución, las empresas y el Estado se encuentran con las dificultades de no estar a la altura de estas necesidades. Escasos incentivos y salarios en una moneda cada vez más devaluada hacen que los pocos jóvenes que se dedican a estudiar sistemas busquen empleo en otros países, con la gran ventaja de no tener que abandonar su hogar para ello”, señala.
En este escenario, las ofertas varían a causa de diferentes factores. Entre ellos se menciona la voracidad de las nuevas herramientas tecnológicas, que generan la sensación de emergencia en las empresas, y el desconocimiento del empleador que, en consecuencia, sale a buscar talentos con presupuestos errados.
La volatilidad del mercado de desarrollo en IT hace que el camino del profesional hacia el crecimiento económico se acorte. Pero lo que pocos tienen en cuenta es ‘cuánto y cómo se acorta el aprendizaje’.
Carlos Contino, socio de CONA RH, explica que “muchos perfiles senior como desarrolladores, arquitectos, QA, DevOps o software engineers, están trabajando para el exterior y tienen la particularidad de imponer sus condiciones no solo de sueldo sino de características del trabajo: si lo harán desde su casa o yendo a la oficina, entre otros”, indica. Y a su vez, sostiene que el fenómeno se conjuga con el valor del talento argentino: “Es tan cierto que todos los países de alrededor y aún más lejos están buscando y contratando talento aquí”.
El 50% de los profesionales del sector tiene un salario que ronda entre $ 77.000 y $ 151.000 al mes. En tanto, el 25% de los mismos gana por encima de $ 151.000.