Estabilidad, crecimiento y los cambios tecnológicos

(Por el Dr. Guillermo N. Toranzos Torino*) La Argentina es un sistema económico social que se encuentra inmerso en otros sistemas que la comprenden y la condicionan.

La relación de los Estados Unidos con China, con la Unión Europea y Turquía entre otros, además de los conflictos con los que países que integran el Área de Libre Comercio de las Américas (NAFTA), impactan negativamente en la economía mundial y principalmente en la de los países en desarrollo, debido a una baja en los precios de los productos básicos y movimiento de capitales. Asimismo se combina con la política fiscal y financiera estadounidense, que tenderá a mantener un dólar apreciado y tasas de interés más altas, para contrarrestar la inflación creciente de este país, la cual rondaría en el año el 2,4%. En el marco regional, Brasil está atravesando un proceso electoral, con el principal candidato excluido y jugadores externos que quieren sacar ventaja de inversiones en sectores estratégicos.

En el marco del acuerdo firmado con el FMI, el sistema económico social argentino depara un futuro con malos indicadores: caída del PIB muy cercana a los 2 puntos porcentuales debido a la recesión a la que estamos sometidos, con fuertes tensiones sociales;  nivel de inflación mayor al 40%, tasas de interés altas en términos reales, las cuales serán que nos llevarán a la caída del consumo, componente de significativo peso en la demanda global; fuerte caída de los salarios, pero principalmente de los sectores de medio y bajos ingresos, donde la elasticidad ingreso del consumo es relativamente más alta que la de los sectores medios altos y altos; menor demanda por la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, debido al aumento de la tasa de desempleo formal e informal y la reducción del gasto público, con efecto en los jubilados, además de una peor redistribución ingreso, con aumento de la pobreza; la inversión será baja debido a la falta de estabilidad institucional y la reducción de la inversión pública que surge del acuerdo con el FMI;  el tipo de cambio crecerá en términos reales y como consecuencia del proceso recesivo no será posible trasladarlo a precios en cuanto costos y expectativas; las exportaciones aumentarán, pero la producción agroindustrial, de producirse, contará con menores precios internacionales; habrá una leve reducción del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos por los efectos de la recesión en las importaciones y un posible flujo de mayores ingresos por turismo más que por las ventas externas.

Al respecto se presenta un curso de acción alternativo, el cual surge de compartir una visión focalizada de largo plazo entre el capital, el trabajo, la educación, la investigación, el Estado y los partidos políticos. En él se define cual es el posicionamiento de la Argentina hacia del 2030 en el sistema económico mundial. Cual será nuestra participación en el PIB y en el comercio internacional, así como también qué pasará con la distribución del ingreso. A partir de compartir la visión, se establecería un sistema de acuerdos básicos que sacarían a los jugadores de la posición de corto plazo imperante en el país, en términos generales, desde hace más de 50 años.

La implementación de estos acuerdos descansa en programas de acción que se interrelacionan constantemente, los cuales son: programa de ingresos, programa de producción, programa fiscal, programa monetario, programa de exportaciones y programa de la nueva educación y capacitación.

Previamente, se necesita conocer el futuro probable en que se desempeñará nuestra economía mediante un análisis de prospectiva que tenga en cuenta la sinergia de la inteligencia artificial, la robótica, la nanotecnología, la biología sintética, la nube y la tecnología 3 y 4D. Ello se presentará junto a un cambio de la matriz energética para reducir la emisión de gases efecto invernadero que transformarán las industrias a través de la generación de bienes y servicios con baja huella de carbono. Se debe advertir la relevancia en materia energética del hidrógeno y la electricidad, como también del cuidado del suelo y del agua. Por otra parte, este cambio tecnológico abaratará los costos de educación, de la construcción, de la salud, de mantenimiento, pero su contrapartida será la pérdida empleos tradicionales y la necesidad de generar nuevos empleos para producir otros bienes y servicios. En este contexto la gente vivirá más y aumentará, relativamente el trabajo independiente respecto del de relación de dependencia. Se estima que a fines del 2030 un tercio de la población económicamente activa estará buscando trabajo o en transición. Es por ello, que se espera la implementación de un ingreso per-cápita para ellos el cual se financiaría, en parte, con los ingresos sobre la robótica (de alta productividad), la inteligencia artificial, sobre el carbono y las transferencias de fondos internacionales. La inmigración por problemas políticos y ambientales continuaría, como también los negocios vinculados a la ilegalidad, que con las nuevas tecnologías confundirían la opinión pública sobre la verdad de los acontecimientos. Resulta importante la lucha por el poder de los grandes grupos internacionales respecto a las políticas públicas a implementar.

Si un país no se prepara para este cambio se incrementará la brecha social y económica, Por ello, es importante el financiamiento compartido en materia de formación de empleos y educación en un acuerdo conjunto entre las empresas, sindicatos y el Estado.

Ante este escenario comentado y definida la visión focalizada y posicionamiento del país en el largo plazo, el sistema de acuerdos entre los integrantes deberá plasmarse en programas y líneas de acción. No caben dudas sobre la importancia de quebrar el proceso inflacionario por las expectativas. Por ello, uno de los puntos básicos es el acuerdo de precios y salarios en el marco de un tipo de cambio fijo real alto, que sería revisado con cierta periodicidad de acuerdo a los términos de intercambio y desvíos en los costos y niveles de salarios.

La estrategia sería establecer una tasa promedio de crecimiento, por ejemplo, que duplique a la mundial, como también respecto al comercio. De esta forma, en 2030 podríamos llegar a participar con el 1% en el PIB mundial y 1,2% en las exportaciones,  respecto del 0,45% actual. El crecimiento por el lado de la oferta sería tanto en el PIB como en las importaciones necesarias previo acuerdo sobre la competitividad de la industria. Asimismo, en la demanda el consumo crecería por la estabilidad y mayor inversión proveniente de ahorro interno y en menor medida del ahorro externo como complemento. En términos relativos, las tasa más altas estarían relacionada a la inversión  y la exportación, para generar un cambio estructural que facilite la competitividad exportadora en sectores donde el flujo de capital tendría un papel relevante como en las industrias de punta, agroindustria, energía y minería, principalmente. Es importante mencionar que el cambio estructural implica revisar los sistemas de valor (cadenas), para levantar las posiciones dominantes por parte de ciertas industrias y servicios de ventas que afectan a productores y consumidores.

El fuerte crecimiento del PIB implica una mejora en la recaudación, por cuanto por cada punto de aumento del PIB  se produce un crecimiento del 0,28 en la recaudación total por otra parte dentro del sistema de acuerdos estaría la formalización del trabajo a una tasa del 4% por año hasta el 2030, con lo cual el sistema previsional sería superavitario. Como contraparte el sector trabajador, en el marco del proyecto de largo plazo y con el compromiso y formalización de las inversiones, debería flexibilizar su posición basada en las perspectivas de corto plazo.

El crecimiento estimado de un 6% del PIB por año, al segundo año  generaría un superávit corriente promedio del 2,5% del PIB, permitiendo el pago de la deuda externa y un superávit de caja que estaría en 0,5%. A partir del año 2022 este superávit, después del pago de intereses, puede llegar a niveles del 2,0% del PIB.

La política monetaria sería pasiva, por cuanto la emisión provendría del movimiento de las divisas. El resultado del sector externo se evidencia en un crecimiento de las reservas a un promedio del U$S 6000 MM por año, debido a que si bien la balanza comercial sería superavitaria, la salida de capitales por intereses, pago del principal y transferencias al exterior en concepto de utilidades arrojaría un déficit en la cuenta corriente, a ser financiado por inversiones directas en el marco de la estabilidad y que producirían la expansión monetaria necesaria para dar liquidez a la economía. En tal sentido el contexto estaría caracterizado por una inflación a nivel internacional y tasas de interés relativamente bajas, pero reales.

Las exportaciones debido a su elasticidad en el largo plazo, con un nivel de apertura razonable, sería un sector de la demanda de mayor tasa de crecimiento anual, con niveles que superarían el 7,5%.

La distribución del ingreso debería alcanzar un coeficiente Gini del 0,37 y la mejora en el sistema educativo será un factor fundamental. El rol del Estado estará en establecer el marco institucional para que los acuerdos a los que se arriben se puedan implementar.

Esta propuesta es una solución consensuada de integrarnos al mundo con ciertos grados de libertad, en forma eficiente y con una adecuada redistribución del ingreso (ver Argentina ¿puede SER. Experiencias y estrategias para un desarrollo sostenible. Autor Dr. Guillermo N. Toranzos Torino).

*Torino es Dr. de la Universidad de Buenos Aires y Licenciado en Administración de la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Es profesor de maestrías y posgrados en la FAUBA, UBA-FCE, CEMA, UTN, UNLA y en UCASAL es docente de la Escuela de Negocios de UCASAL en la Maestría en Agronegocios y la Maestría en Finanzas.

3° Encuentro de Mujeres Líderes del NOA: innovación y futuro de la minería

AbraSilver Resource Corp. organiza el 3er Encuentro de Mujeres Líderes del NOA, titulado "Innovación y futuro de la minería: Inclusión, Calidad y Liderazgo". Este evento, propuesto en colaboración con la Cámara de Minería de Salta, propiciará el diálogo y la reflexión sobre las cuestiones de género en la industria minera, profundizando en normas, certificaciones y sellos que promueven la equidad.