Dulces Chicoana ya tiene listo el lanzamiento de su primer dulce de leche artesanal

¿Puede una receta de dulces caseros crecer hasta convertirse en una empresa cuyos productos se comercializan en el país y el exterior? Sin dudas Dulces Chicoana es la demostración de que eso es posible. La firma, que no ha dejado de crecer desde su creación en 1982, está próxima a lanzar al mercado su última creación: un dulce de leche artesanal que promete arrancar más de un suspiro.

“Estamos a días de obtener el número de RNPA, que es el único trámite que nos falta para poder salir a comercializar el dulce de leche”, contó a IN Salta Segundo Cornejo, nieto de la fundadora de la empresa. “Ya completamos todos los controles bromatológicos e hicimos pruebas con nuestros clientes y la respuesta ha sido muy buena” agregó.

Segundo explicó que, al igual que todos los productos de la empresa, la receta del dulce de leche “es de la familia”, y lo definió como “un dulce artesanal natural sin conservantes, absolutamente diferente a cualquier producto industrial”.

Francisco Cornejo, padre de Segundo, recordó que la idea de fabricar dulce de leche “surgió por la necesidad de cubrir los momentos en que la fábrica de dulces (a base de frutas) está ociosa. Las frutas se cosechan por temporada, pero leche podemos tener todo el año. Además, identificamos un tambo de El Carril que tiene una calidad constante para que sea nuestro proveedor”.

Consultados sobre sus expectativas para el producto, ambos coincidieron en que son muy buenas. “A diferencia de los dulces de frutas, que se comen básicamente como postre; el dulce de leche tiene hábitos de consumo distintos, ya que se puede consumir a toda hora. En base a eso, esperamos que tenga una alta rotación”, detalló Segundo.

No se trata de la primera innovación que aplica la empresa. Todo comenzó con recetas de dulces que se fueron transmitiendo de generación en generación; y que se elaboraban una vez al año (cuando abundaba la fruta) y se repartían a toda la familia. En 1982 Josefina Patrón de Cornejo –madres de Francisco y abuela de Segundo- le vio la veta comercial y fundó Dulces Chicoana.

Arrancó con los dulces más tradicionales, como cayote, higo y cuaresmillo en almíbar; y luego le fue sumando otros como batatas en almíbar, dulce y jales de membrillo. “Mientras la industria procesa la fruta a granel y usa aditivos; nosotros seleccionamos la mejor fruta y hacemos una preparación cuidadosa, como si fuera para nuestra casa. Es un producto que tiene calidad y amor”, reflexionó Francisco.

Esas características no se perdieron cuando en 2009 decidieron ampliar la fábrica, que funcionaba en una habitación de la casa, y que se transformó en una planta de 300 metros cuadrados. Allí la capacidad de producción pasó de 7.000 a 35.000 kilos de dulces por año; lo que les permitió ya no sólo vender productos de estación, sino permanecer en el mercado todo el año.

En 2014 Segundo, que es licenciado en Marketing, se sumó a la empresa y rediseñó las etiquetas y organizó los circuitos de ventas y de cobranzas. Además sumó nuevos dulces “con gustos más cosmopolitas”, como los arándanos y las frutillas al torrontés.

Hoy los productos de Dulces Chicoana trascendieron los límites de Salta y se comercializan también en Tucumán, Córdoba, Rosario y Buenos Aires. Los dulces típicamente salteños, como el cayote y el cuaresmillo, se consumen mayormente en Salta, mientras que los otros ganan cada día más terrenos en espacios gourmet como hoteles, restaurantes y bares.

Para ello fue clave el apoyo recibido del Gobierno de la Provincia, que les permitió participar de ferias como Caminos y Sabores, Expoagro, la Rural de Buenos Aires y MasticAr, a la que fueron invitados por cuarto año consecutivo.

Al analizar el futuro, padre e hijo coincidieron en que no apuestan a crecer en volumen, sino a hacerlo en función de la demanda del mercado. “Queremos crecer sobre pasos firmes; no dar un salto y comprometer la calidad”, opinó Francisco. Y Segundo aportó que “no tenemos límites. Todavía hay muchos nichos que ocupar en el mercado local, nacional e internacional”.

Sobre esta última idea están trabajando hace casi dos años. “Nos sumamos al Programa de Buenas Prácticas Exportadoras, y estamos desarrollando manuales y en camino a certificar nuestra fábrica. Queremos exportar, pero primero tenemos que prepararnos”, explicó Segundo.

Francisco no quiso olvidarse de contar que, aunque retirada desde hace algunos años, su madre sigue visitando la fábrica y supervisando la preparación de los dulces. “Ella es la mejor demostración de que todo lo que se hace con esfuerzo, amor y pasión, no tiene límites”, concluyó.    

¿Sabías que… el Papa Francisco recibió un frasco de Dulces Chicoana, como parte de un regalo que le realizó el Gobierno Nacional con productos de diferentes partes de Argentina?