Sobre la calle Caseros al 700, la Joyería Premier mantiene intacta la elegancia y la calidez que la caracterizan desde hace más de 60 años. Sus dueños, José Alberto Srur y Ester Eugenia Zavaro, sellaron su amor un 14 de febrero de 1950, cuando eran muy jóvenes. “Ese día comencé a usar un anillo sin fin, como nuestro amor”, dijo Ester en diálogo con IN Salta.
Casi por casualidad, la tradición joyera unió los destinos de ambos.
Los abuelos de José Alberto vivían en El Líbano, “la París de Medio Oriente”, donde se desarrollaba todo el movimiento económico e industrial de la región. Cuando era todavía un adolescente, su padre emigró a nuestro país, se casó y tuvo tres hijos. Josecito, el del medio, aprendió sobre joyería y dedicó su vida a este rubro.
Por otra parte, el padre de Ester llegó a la Argentina desde Estambul, escapándo de la Primera Guerra Mundial. Luego de trabajar en un club joyero en Buenos Aires, se trasladó a Tucumán donde instaló su propio taller, “La Esmeralda”, en el que las joyas se hacían de forma muy artesanal, fundidas a soplete.
Después de trabajar un tiempo con su suegro, José Alberto se independizó y con el apoyo de su esposa Ester, abrieron la Joyería Premier, cuando no existía ningún comercio alrededor, sólo casas antiguas y algunos negocios pequeños en la primera cuadra de calle Alberdi y en la Caseros. “Embarcarnos en esto, fue una aventura. Todos pensaban que nos íbamos a fundir, pero nosotros dos siempre fuimos muy unidos, compartimos rosas y pesares. Por eso siempre salimos adelante”, dijo Don Srur en un tramo de la entrevista.
Con 90 y 88 años, estos dos joyeros atravesaron todas las crisis económicas argentinas, desde el famoso “Rodrigazo” hasta el “Corralito”. Afirman haber visto cerrarse 25 joyerías de alto nivel en Salta, quedando ellos como los únicos dedicados a la venta de oro, exclusivamente.
Reconocen que nunca han tenido un momento de esplendor en ventas, pero siempre lograron mantenerse. Mucho trabajo, dedicación y esfuerzo sobre las bases de valores sólidos como honestidad, voluntad, compromiso y cumplimiento, fueron y son el secreto del éxito y la vigencia de Joyería Premier.
Testigos de un amor que trasciende generaciones
Muchas parejas salteñas y de otros lados del mundo han visitado la joyería para comprar sus alianzas. Lo curioso es que muchos años después, sus hijos y nietos van a buscar las suyas por recomendación de sus padres o abuelos.
“Unos enamorados de Israel que estaban haciendo su año sabático en Salta vinieron, compraron sus alianzas y le pidieron a mi esposo que las bendiga, y que los dos seamos sus padrinos de compromiso. Hicieron un casamiento maravilloso y hasta el día de hoy seguimos en contacto. El año pasado nos trajeron a su hijito para que lo conozcamos", contó Ester en la entrevista con IN Salta.
También es común ver a mujeres que, mientras estuvieron embarazadas, compraron aritos para sus hijas en la joyería y después de unos años pasan a saludar a sus dueños cuando las niñas ya son grandes. “A veces cuando voy al supermercado, la cajera se ríe y nos dice, señalándose el dedo, que el anillo que lleva puesto lo compró en nuestra joyería. Se nos hincha el pecho de felicidad y gratitud“, contó José Alberto con emoción.
La familia
Con 67 años de casados, hijos, nietos y bisnietos de todas las edades, José y Ester se mostraron orgullosos de su negocio, pero más aún de su familia; de haber generado lazos fuertes entre ellos y de haberles dado el impulso inicial para sus propios proyectos. Al respecto, Ester dijo: “Nos gustaría que nos recuerden con cariño, que aprendan de nuestro esfuerzo. Nosotros ya somos bisabuelos. Dejamos joyas a todos nuestros nietos y bisnietos para cuando cumplan 15 años. Ya no vamos a estar pero queremos que siempre se acuerden de nosotros con estas cositas”.
El legado
Una de sus nietas es Carolina Ragone, quien además de tener una historia familiar apasionante en todos los sentidos, es contadora por las mañanas y joyera creativa por las tardes. Como no podía ser de otra manera, y continuando con la tradición generacional, hace unos años lanzó su emprendimiento: byragone, un negocio que propone accesorios hechos a manos con cristales, plata y elementos Swarovski.
“Trabajo actualmente como contadora, asesoro proyectos de inversión y cómo conseguir la mejor financiación para ponerlos en marcha. Pero a la tarde combino eso con la joyería. Al principio fue todo un desafío. Yo empecé con artesanías, haciendo algo con vidrio, con metal. Pero siempre me apasionó el oro y la plata. Aparte, ¡me encanta el comercio!”, dijo Carolina en una entrevista para Valor Agregado por Cadena Máxima.
Entre cristales y plata, aparece entonces, la primera nieta de los dueños de la Joyería Premier, con una sonrisa amplia y unas manos inquietas que no dejan de crear y romper estructuras. Sus abuelos coinciden en que desde muy pequeña, se sintió atraída por las piedras. “Ella venía a la joyería y me pedía por favor que le muestre las piedritas, me preguntaba cómo se llamaba cada una. Siempre le apasionaron. No se iba a su casa si yo no le daba una. Venía todas las tardes y estaba atenta a todo lo que hacíamos nosotros. Creo que así empezó a tenerle amor a este negocio”, contó su abuela Ester.
Actualmente, hay una muestra de byragone en la Joyería Premier; pero también se pueden conseguir sus productos en un showroom o en el taller en el que Carolina recibe a sus clientas y las invita a diseñar juntas, mientras puede pasar tiempo en casa con sus dos hijos.
La joven Ragone asegura que las redes sociales le dieron mucha visibilidad a su proyecto, ya que funcionan como una especie de catálago o vidriera, al igual que las ferias de joyería donde la demanda se multiplica y surgen oportunidades de operaciones al por mayor. Además, afirmó que la venta online es su fuerte, porque hay muchas plataformas seguras que lo permiten. “Tenemos una tienda nube donde se pueden ver los productos que tenemos. Desde ahí nos piden y los enviamos a destino. Tenemos ventas en todo el país, sobre todo en Mendoza y en Córdoba. Nuestras clientas quedan chochas y cuando ven los cristales y los brillos, nos dicen que son más de lo que esperaban”, dijo Carolina.
Poner una de sus pulseras en las muñecas de cada una de las salteñas y trascender a nivel internacional con su negocio, son dos de sus objetivos a corto plazo. En el futuro, Carolina planea armar ferias en Bolivia, Uruguay y un poco más allá con otros emprendedores, ya que confía que la clave está en las alianzas estratégicas para potenciar el crecimiento y lograr tener un poco más de rentabilidad.
Mientras tanto, sus abuelos esperan que la primera y más adorada de sus nietas, también incorpore el oro a sus creaciones.
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Hermosa historia que me emociona y me incluye, soy hijo de Ester y Alberto, ellos son un ejemplo a seguir en este mundo de inmediatez, valores y afectos descartables, ellos dos pertenecen a un mundo como era antes: amistades, sentimientos y cosas para toda la vida. <br /> No puedo dejar de mencionar a mi hermana Celina tambien como continuadora de esta hermosa historia con su Joyeria Jade , al lado, siempre, de mis padres