Para los dueños de Rosmari, “los salteños están volviendo al helado artesanal”

Es una de las heladerías más tradicionales de Salta y se mantiene vigente gracias a la calidad y sabor de sus productos. Por eso no le temen a los helados industriales y apuestan a crecer.

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Rubén José “Pepe” Ramírez se dedicaba al negocio de los productos regionales cuando, en 1976, recibió una propuesta inesperada: le ofrecieron comprar una pequeña heladería artesanal, ubicada en avenida Belgrano y Pueyrredón. Eran tiempos de la “plata dulce” y los turistas no venían a Salta sino a Miami, así que se animó a hacer la operación y compró Rosmari.

“Era una fábrica muy chiquita, y en esa época era barato importar equipos, así que hicimos una inversión muy grande y trajimos máquinas profesionales, compramos cámaras y agrandamos el local de venta al público” relató Pepe Ramírez sobre los primeros pasos como heladero.

Pronto la inversión original comenzó a dar sus frutos. Aumentaron las ventas, se consolidó la imagen de la marca y, en poco tiempo, Rosmari pasó a ser una de las heladerías más reconocidas y queridas de Salta. Ese crecimiento y la incorporación al negocio de su hijo José, animaron a Pepe a ir por más.

“Decidimos montar una fábrica más grande, con una inversión muy importante. Mudamos la fábrica a una propiedad cercana, e instalamos equipos únicos en Salta. Incluso le pusimos un laboratorio bromatológico que nos permiten realizar análisis desde las materias primas hasta los productos terminados. Fue una inversión enorme, que hoy sería imposible de hacer”, aseguró.

La nueva fábrica le permitió además innovar en productos. A los tradicionales helados en cucuruchos se sumaron otras alternativas comerciales, como baldes, palitos y postres. Y nacieron también nuevas marcas, para diferentes mercados. “Hoy producimos no sólo helados Rosmari, sino también Frágole y Dessio, y productos de marca blanca para clientes puntuales”, precisó.

Los ’90 fueron el momento de mayor expansión del negocio. “Llegamos a tener 13 locales propios y más de 100 empleados”, recordó el empresario. Sin embargo, con el tiempo cambiaron el formato y hoy sólo conservan tres locales propios y el resto son franquicias, no sólo de Rosmari sino de las otras marcas, tanto en Salta Capital como en el interior, en Tucumán y Jujuy.

Su hijo José Ramírez explicó que “en realidad fueron los hábitos de consumo del helado los que fueron cambiando. Antes la heladería era un lugar de reunión y encuentro; y se vendía muchísimo helado en cucurucho. Hoy se consume más en las casas, y con formatos más grandes. Y la vieja copa helada es algo que quedó reservado para los restaurantes o los servicios de catering”.

Consultados acerca del desembarco en el mercado de marcas industriales como Grido, Pepe contó que “al principio nos molestó, porque llegaron con un precio demasiado bajo  y un formato impositivo muy desigual. Nosotros pagamos todo, y ellos son todos monotributistas. Desde la cámara que nos agrupa peleamos muchos por ese tema, sin resultados”.

Y agregó que “en seis años, esos negocios mataron a decenas de familias de heladeros artesanales, sobre todo en los barrios. Sólo sobrevivimos unos cuantos, y eso hizo que se perdiera en mucha gente el disfrute de comer un helado artesanal”. Sin embargo, aseguró que “hoy esa tendencia se revirtió mucho y los salteños están volviendo al helado artesanal, por la diferencia de gusto”.

Su hijo José coincidió y no dudó en afirmar que “al que le gusta tomar un helado rico y de calidad, elige Rosmari. Nosotros en el negocio atendemos gente de todas las clases sociales y te diría que aquel que no puede pagar uno de nuestros helados, quiere hacerlo. Es aspiracional”.

Advirtió además sobre “la falsa sensación de que el helado industrial es más barato. Por ejemplo, la gente compra helados de marcas reconocidas, con mucha promoción de marketing, en una estación de servicio o un drugstore, y los paga mucho más caro que un helado de primera calidad en nuestros locales”, reflexionó.

Como le pasa a todas las pymes, el presente de Rosmari no es fácil. “La crisis de la economía tuvo su impacto en las ventas, y nosotros corremos con la desventaja de que el helado no es un producto de primera necesidad. Pero confiamos en que las cosas van a mejorar”, confesó Pepe.

Respecto del futuro del negocio, padre e hijo coincidieron en que “la depuración del mercado está en proceso, y allí nosotros apostamos a crecer por calidad”. José agregó que “vamos a seguir privilegiando la inversión en la mejor materia prima, controles y tecnificación, y quizás menos en marketing, porque nuestra apuesta es mantener la calidad del producto”.

Pepe contó también que no descartan en el futuro trabajar en asociación con marcas reconocidas en gastronomía para potenciar las ventas. “Esa es la tendencia que se viene. Tener quizás una confitería o un restaurante, donde los productos sean de primeras marcas, es una propuesta que funciona con éxito en Europa, y una posibilidad que estamos considerando”, concluyó.

Nombre Comercial de la Empresa:
Rosmari Helados
¿Conforma parte de un grupo de empresas?
No
Año de Fundación:
1972 (La familia Ramírez la compró en 1976)
Generación que conduce la empresa:
1ra y 2da generación
Miembros de la familia que integran la dirección de la empresa
Rubén José Ramírez (padre)
José Eduardo Ramírez
Federico Valentín Ramírez
¿Es una empresa BtoB - BtoC - Ambas?
Ambas
Rango de empleados directos:
Más de 10
Tipo de Pyme - Rango de facturación: ver tabla aquí
Micro
¿La empresa tiene sucursales o filiales? Propias o Franquiciadas/Tercerizadas
Si, tres sucursales propias
¿La empresa tiene un protocolo familiar que la rige y regula?
No
De los proveedores:
¿Qué prepaga tiene el personal directivo o jerárquico?
OSDE
¿Qué compañía de comunicaciones brinda los servicios…
Personal / Claro
¿Con qué bancos opera la empresa? Según el grado de importancia
Macro y Credicoop
¿La empresa trabaja con alguna SGR?
No
¿Con qué ART trabaja la empresa habitualmente?
AsociART
¿Realizan operaciones en Bolsa? Con qué sociedad
No

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