En el Valle de Lerma, históricamente identificado como una región tabacalera, se está escribiendo una nueva historia. En los últimos años, alrededor de 30 productores comenzaron a cultivar frutillas en una superficie de aproximadamente 12 hectáreas.
Mónica González, de Frutillas Pachamama e integrante de la Asociación de Frutilleros del Valle de Lerma, explicó en diálogo con IN Salta que el cultivo ya tiene una gran aceptación del mercado.
“Gracias a Dios hay mucha repercusión. La frutilla salteña ya se reconoce por su dulzura, firmeza y durabilidad, algo que tiene que ver con el suelo, el clima y el manejo agroecológico que le damos”, destacó.
Sin embargo, la producción enfrenta desafíos, especialmente en el invierno. “El año pasado, en julio, una helada de cinco grados bajo cero nos quemó las primeras flores. Es la época más crítica”, explicó la productora.
Actualmente, en cada hectárea se plantan entre 60 y 65 mil frutillas, y la mano de obra varía según el tamaño de cada emprendimiento. Algunos productores trabajan en familia, mientras que otros deben contratar personal para las distintas etapas del proceso.
El mayor obstáculo sigue siendo la comercialización. “Todavía nos cuesta competir con frutilla de Jujuy o Tucumán”, confiesa. Aun así, el boca a boca ayuda: “Hoy muchos piden frutilla salteña, porque ya conocen su calidad, dura mucho más y no es ácida”.
En la zona, se cultivan distintas variedades de frutilla, cada una con características propias. La más valorada es la Camino Real, por su firmeza, dulzura y buena conservación. También se destacan Frontera, de gran tamaño, Rociera, Sabrina y San Andrea.
Valor agregado y escuela frutillera
Uno de los grandes diferenciales de Frutillas Pachamama es el trabajo de valor agregado: producen frutilla congelada y mermeladas caseras, y apuntan a ofrecer el producto todo el año. Además, el cultivo se realiza bajo prácticas agroecológicas, sin agroquímicos, y con insumos elaborados por ellos mismos.
La experiencia incluso llegó a las aulas: en el Colegio Secundario N° 5150 del paraje Las Palmas, docentes y estudiantes impulsan el primer proyecto educativo frutillero del valle, con 400 plantines en proceso. “Queremos replicar esta experiencia, abrirnos a las escuelas, mostrar lo que hacemos. Nos gusta enseñar”, remarcó Mónica, que también es docente.
Dónde comprar
Quienes deseen adquirir frutillas frescas pueden acercarse al vivero ubicado sobre la Ruta 23, kilómetro 9, camino a Rosario de Lerma, antes de llegar al paraje Los Damascos.
Por ahora se manejan con pedidos, y el kilo de frutilla agroecológica ronda los $9.000. “Queremos que la gente pueda acceder a un producto de calidad a un precio justo”, afirmaron.
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